Muere niño guatemalteco al cruzar la frontera de Estados Unidos


Asus ocho años, Felipe Gómez Alonzo recorrió con su padre, Agustín, los 3.190 kilómetros que separan su pueblo, Nentón, en el norte de Guatemala, de Alamogordo, en Nuevo México, para morir allí el día de Nochebuena. Es una distancia mayor que la que hay entre Varsovia y Madrid. Y allí, en Alamogordo - un pueblo famoso en Estados Unidos porque es donde tuvo lugar la primera explosión de una bomba atómica, en julio de 1945 - se acabó la vida de Felipe.

Las causas de su muerte se desconocen. De hecho, las autoridades de Estados Unidos ni siquiera han confirmado que Felipe falleciera, a pesar de que estaba detenido junto con Agustín desde el 18 de diciembre, cuando ambos fueron apresados por una patrulla fronteriza cerca de la ciudad texana de El Paso, unos cinco kilómetros dentro del territorio estadounidense.

Oficialmente, solo se sabe que un niño guatemalteco de ocho años murió por causas desconocidas cuando faltaban 12 minutos para que acabara el día de Nochebuena. La identidad de Felipe Gómez Alonzo se conoce porque el representante del Partido Demócrata por Texas Julián Castro - uno de los 'presidenciables' de ese partido.

Felipe Gómez Alonzo es el segundo niño inmigrante que ha muerto en 17 días cuando estaba en manos de las autoridades estadounidenses. La primera víctima también era guatemalteca. Se llamaba Jakelin Caal, tenía 7 años, y falleció el 8 de diciembre. Su padre, Nery, sigue detenido en Estados Unidos.

Las muertes de Felipe Gómez y Jakelin Caal han vuelto a sacudir el debate sobre la política de 'tolerancia cero' impuesta por el Gobierno de Donald Trump a la inmigración ilegal. Así que la agencia de Protección de Aduanas y Fronteras de EEUU (CBP, según sus siglas en inglés) no ha tenido más remedio que anunciar que va a llevar a cabo exámenes médicos a todos los niños menores de 10 años que están bajo su "cuidado y custodia", es decir, que están detenidos por haber entrado ilegalmente en el país.

Pero, al margen del anuncio, realizado por el máximo responsable del CBP, Kevin K. McAleenan, poco más se sabe de cómo va a ser esa nueva política. Por de pronto, la decisión indica que los niños que entran ilegalmente en Estados Unidos no son examinados por personal médico salvo que muestren signos de estar enfermos.

Eso contradice, precisamente, las acusaciones de que los inmigrantes traen enfermedades contagiosas, entre ellas la peste bubónica y la viruela (lo cual sería un hito en la historia de la Biología porque el virus de la viruela fue erradicado precisamente en 1979). "Caravana de enfermedades" es el título de una de las noticias difundidas por la cadena de televisión Fox News durante la crisis desencadenada por el grupo de más de 6.000 migrantes que llegaron desde Honduras a la frontera de México con EEUU.



Fuente: el mundo.es

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