El Informe y los 10 mandamientos

Valentin Ramirez Llanes/ Que nos deja el informe comentado que hizo el Presidente de la República ante la nación. Más de lo mismo. Discurso, palabras, buenos deseos, lenguaje metafísico, que no contrastan con la realidad.

Los 10 puntos o diez medidas para los nuevos desafíos, como los llamó EPN, son mas de lo mismo, así paso el año pasado en que se dio a conocer el primer decálogo, donde de los diez puntos señalados, pocos se han logrado, porque en el logro está el valor de ser consecuente y no ha sido así.

En este segundo decálogo, se presentó un Manifiesto para una Presidencia Democrática, con el compromiso de transparentar las relaciones con los medios de comunicación. Cuáles medios, habría que preguntar. Porque para nadie es desconocido que la presidencia guarda excelentes relaciones con los poderes fácticos que hicieron mutis con la expulsión de Carmen Aristegui, buscando siempre el enfoque que desfavorecía a la periodista para finalmente echada de MVS. A esa presidencia democrática se refiere.

En el primer decálogo, se expresaba como declaración importante un pronunciamiento en forma de iniciativa de ley contra la infiltración del crimen organizado en estados y municipios, y se quedaron cortos. Hoy propugnan en los nuevos diez mandamientos, dar un impulso indispensable a las leyes que permitan el fortalecimiento del estado derecho, destrozado por la corrupción y la impunidad, que llegó hasta la puerta de la presidencia y del gabinete presidencial. Ahí están los casos de la Casa Blanca y Malinanco, ridículamente justificadas y atrozmente exoneradas.

La mentada reforma para la justicia cotidiana, que se dio a conocer como propuesta en el primer decálogo, sigue siendo deuda pendiente, agenda olvidada desde el año pasado, porque lo que al parecer mas les interesa desde la cúpula del poder, es hacer justicia para grupos importantes, que inviertan en el país, no la simple justicia que se les sigue debiendo a la gente normal, ciudadanos solos que batallan y tienen que pasar por verdaderas odiseas para lograr, por ejemplo, justicia para sus hijas desparecidas, justicia para los 43 normalistas, justicia en las desapariciones forzadas, justicia para los acribillados en Tlatlaya, Tanhuato, Ostula, Apatzingán, Calera, Zacatecas y el multiasesinato de Narvarte, que implican muertes de inocentes, jóvenes, mujeres y niños, periodistas y activistas. A esa justicia cotidiana se refiere el informe.

De la estabilidad económica también hay mucho que decir. México vive actualmente una desconcierto en el manejo de sus finanzas y la hacienda pública, derivado, entre otros factores, por la aprobación de una reforma hacendaria de la que incluso los empresarios se quejan amargamente. La devaluación del peso, que justifican señalando como de orden internacional. La baja del precio del petróleo, que ha sido una fortaleza ilusoria de la economía nacional, viene a cerrar ese circulo de fracasos que tiene postrada la economía familiar de la gente común y cotidiana.

De pobreza y estrategias para disminuirla mejor ni hablamos. Más de dos millones de nuevos mexicanos en pobreza extrema, al menos son tomados en cuenta en las estadísticas.
Se hacen enroques en secretarias de estado, en cambios espectaculares, pero para que todo siga igual. Cambios y enroques sin considerar el mínimo perfil, para no dejar descobijados aliados y amigos de la presidencia, o compromisos políticos con grupos y sectores que mantendrán las cosas igual, sin transformaciones de impacto. Cambiar para seguir igual es la tónica

Eso si, se hace vanagloria de meter al orden a maestros rijosos y alborotadores, verdadero peligro para la sociedad, que dejarán de medrar de su condición sindical, cuando ellos mismos por años lo han permitido, mientras que en ese tenor se siguen practicando ejecuciones extrajudiciales, persecuciones contra líderes sociales, fabricación de delitos, encarcelamientos y desapariciones forzadas, en complicidad con el crimen organizado, dicen, al que en muchos de los casos le hace imputaciones para justificar la violencia imperante sellada por la impunidad.

Donde está el sistema nacional de búsqueda de personas desaparecidas que se planteó desde el decálogo anterior. Sigue en penumbra. Solo se habla de él cuando alguien importante desaparece, o bien que los medios, los otros medios, lo impugnen, lo exijan, de otra manera duerme el sueño de los justos, y aunque se divulgue y exija, el tiempo es el mejor remedio para dejar pasar la aplicación de la justicia.

El gasto público desmejora, se presagian tiempos de austeridad y crisis. En su informe del 2 de septiembre el presidente asegura que empezarán, desde la presidencia, recortando gastos excesivos, derroches y dilapidación injustificados, inútiles para los intereses de la nación, que propicien ahorro relevante en el dispendio público de funcionarios que mantiene sofocado al país.

Finalmente el apoyo en infraestructura educativa suena bonito, quieren implementar la reforma en este sector, violentando derechos de los maestros, recriminándolos como únicos responsables de los grandes problemas que tiene la educación nacional, no los toman en cuenta, al contrario los denigran, pero la educación camina, avanza, con ellos.

Bueno, inglés para todos los niños y desarrollo de infraestructura educativa, así como creación de la secretaría de cultura, son componentes de una propuesta de diez medidas para los nuevos desafíos, que parecen eternos.

No vaya a pesar lo que con los 10 mandamientos, y la carabina de Ambrosio. Todos los conocen, ahí están, los recitan incluso, pero siguen durmiendo el sueño de los justos en su aplicación.