LA MOSCA EN LA PARED: LA EVALUACIÓN DOCENTE, UN ASUNTO DE MEJORAMIENTO, NO DE CONTROL EDUCATIVO


Oder Yemal Santana / La dimensión social de la evaluación requiere de establecer el para qué y a quién sirve la evaluación. Creo necesario asentar que todo acto evaluativo debe estar pensado desde una perspectiva de mejoramiento y construido para beneficiar a la sociedad como un todo. 

Por ello, el proceso de evaluar debe privilegiar una profunda reflexión en torno a las posibilidades de mejoramiento como arma esencial para potenciar la capacidad transformadora que coadyuve a la solución de las más sentidas problemáticas siempre en pro de una sociedad más justa y humana.

El asunto es que la reciente reforma educativa, al implementar la Evaluación Docente, la proyectó dentro de un paradigma fiscalizador, desde una posición más política que educativa y más focalizada en el maestro como culpable o responsable, que en el sistema educativo integral y evidentemente no pensando en la sociedad como red de relaciones.

Si partimos de la experiencia internacional, Finlandia, por ejemplo, establece la evaluación como un filtro democrático y justo, donde los maestros, que en principio son profesionistas con toda credencial, tanto como la de los médicos, ingenieros u otros, se evalúan voluntariamente, es decir, que la evaluación no tiene como principio fiscalizar o estigmatizar al profesorado, sino que este, por voluntad propia, elige capacitarse y evaluarse para obtener un mejor nivel, y con ello mejores plazas, más horas, mejores sueldos etc. Además los maestros se inician en la evaluación desde su etapa de formación, donde los mejor preparados y con mejores puntajes académicos obtienen las mejores plazas y salarios, además, claro está, que en Finlandia para ser docente se requiere como condición una maestría. Esto implica que los menos aptos o quienes evitan la especialización y evaluación permanecen rezagados e incluso, en ocupaciones no académicas.

En España, por otro lado, el PSOE propuso "un triple filtro" para acceder a las facultades de Magisterio, su idea es exigir un buen expediente académico, una prueba "de madurez cultural" y una entrevista para "evaluar las aptitudes pedagógicas de los aspirantes a maestros, es decir, que sin bastar sus niveles académicos, quienes aspiren a la docencia, normalistas o no, deberán ser evaluados mediante ítems especiales para determinar habilidades y competencias culturales y aspiracionales para el servicio educativo.

En otros países, la evaluación no genera rencores o conflictos, la razón es que esta se hace integralmente, a nivel estructural e institucional: a todos los actores educativos, desde maestros, funcionarios y a los propios sindicatos, pero además, se evalúan a los institutos y sus modelos académicos, estrategias instruccionales y modelos de gestión, de ahí que nadie se siente evidenciado o fiscalizado, además en estos países se establece un modelo de evaluación con estimulo, es decir, que la idea que persiste no establece penas sino estímulos permanentes.

Lo terrible del caso es que los yerros de esta Reforma, han legitimado que ahora los maestros se nieguen a ser evaluados, que muchos sin capacidades mínimas para la docencia tomen las calles para impedir ser despedidos; los yerros de la administración priista de Peña Nieto, han dado pie a que la Evaluación sea vista como repulsiva cuando en otros países es vista como un modelo de cambio y mejora educativa

Con esto lo que debemos tener claro es que si bien la evaluación docente en México inicio con el pie izquierdo y pervirtió una idea que en sí es sana, lo cierto es que los yerros cometidos no alcanzan para descalificarla, no alcanzan, o no deben alcanzar para sostener que a los maestros no se les evalúe, que los más capaces sean quienes tengan la responsabilidad de la enseñanza, y que los mejores sueldos y prerrogativas las tengan quienes estén sujetos a una capacitación y evaluación permanente. 

Que la evaluación alcance a quienes ocupan puestos directivos y sindicales; que se evalúen las escuelas y sus directivos, que se evalúen los modelos académicos y de gestión y que esto sea el método que perfile los estímulos para que ya no sea el SNTE quien discrecionalmente determine qué y a quienes se benefician, y quienes deben acceder o no a una plaza.
Finalmente si el argumento es que tenemos malos profesores, y no digo que en general así sea, ¿por qué no abrir las puertas a especialistas en otras disciplinas como en Finlandia? 

Lo que está detrás de esta negativa son concepciones sobre educación y rol docente absolutamente anacrónicas y proteccionistas, impulsadas por el SNTE para no perder su control con las políticas de mercado en educación. A mi ver en educación son los contenidos y las buenas prácticas la base de una buena educación, y estos pueden y deben ser medidos a través de estándares, y revisados a fondo por maestros y especialistas interdisciplinarios como sucede en países altamente desarrollados en materia educativa. 

En cambio, todo se reduce a la negocia política, al conservadurismo y a que permanezcan los mismos vicios, las mismas prácticas corruptas, mediocres y proteccionistas. 
Seguiremos pues, sosteniendo en el sistema a zánganos y mediocres, el SNTE seguirá introduciendo en las escuelas a personas sin capacidad ni competencias, y ellos mismos, los charro sindicalistas, seguirán engordando sus bolsillos fuera de las escuelas, alabados y vitoreados por ejércitos de malos maestros y administradores. Los buenos maestros por otro lado, los que no temen ser evaluados, igual estarán sujetos a caprichos y prácticas corruptas que los mantendrán lejos de los beneficios, disciplinados e institucionales, y aquellos que logren algún beneficio, tendrán que vivir con el sinsabor de una evaluación corrupta y malintencionada.

0 comentarios:

Copyright © 2013 Aquí y ahora and Blogger Templates - Anime OST.