¿Cómo anda su religiosidad?
La reducida influencia de la Iglesia católica es advertida en aspectos como la escasa asistencia diaria y dominical a sus templos
EXCELSIOR / ANGEL VERDUGO
La religiosidad del pueblo mexicano es, sin duda, una de esas cosas que son aceptadas como verdades axiomáticas; son verdaderas, sin necesidad alguna de demostrarlo. La explicación del fervor e influencia de la religión católica en nuestra sociedad radica, en buena parte, en los 300 años de la Nueva España, durante los cuales la jerarquía católica dominaba todo y a todos.
Esta influencia y poder —casi absoluto— empezaron a verse reducidos, muy lentamente, en los siguientes 45-50 años a la independencia en 1821. Fue don Benito Juárez y el grupo de hombres de la Reforma los que se enfrentaron —con la ley en la mano— a la institución que pretendía mantener su dominio más allá de los años cincuenta del siglo XIX para mantener intocado su poder e influencia.
Fue derrotada en toda la línea, en lo que se refiere a la parte legal, sin embargo, en lo ideológico, su derrota no alcanzó la magnitud de la legal. Su influencia, pues, no sólo se dejó sentir en todo el siglo XIX, sino que todavía —bien entrado el siglo XX—, envalentonada, se atrevió a desafiar al Estado mexicano.
Hoy, la reducida influencia de la Iglesia católica es advertida en aspectos como el escaso número de jóvenes en los seminarios, la escasa asistencia diaria y dominical a sus templos y la ausencia notoria de jóvenes en sus ceremonias.
También, sin duda, han contribuido la adopción y aceptación de conductas que gozan del respaldo abierto de la población, como el divorcio y los métodos de contracepción; asimismo, de la aceptación de grupos cada vez más amplios de las familias diferentes a la tradicional, el aborto y la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Además, ha jugado un papel relevante en la caída de la influencia católica en la sociedad mexicana, el surgimiento y aceptación de otras denominaciones religiosas y el reconocimiento ya, sin pena alguna, del ateísmo. Otro elemento que ha jugado un papel destacado —para estimular el rechazo a la Iglesia católica en México— es la difusión de la corrupción y la lucha descarnada por el poder y la influencia de la homosexualidad masculina en el Vaticano.
Varios libros han develado secretos bien guardados de la estructura vaticana; los más conocidos: Sodoma, de Frédéric Martel, y los escritos por Gianluigi Nuzzi: Vía crucis, Ratzinger was afraid, Merchants in the temple y Las cartas secretas de Benedicto XVI y de Marco Politi: Francisco entre los lobos. El mérito de estos libros fue poner en blanco y negro los rumores que desde siempre circulaban, acerca de las conductas libertinas de buena parte de la jerarquía católica.
Otro elemento que ha contribuido a reducir la influencia de todo lo religioso ha sido, sin duda, los avances científicos y su difusión. Cada día sabemos más de temas ignorados por siglos; hoy, más personas se enteran de avances de la ciencia que develan los misterios de la vida.
¿Qué veremos en los próximos decenios en materia de la influencia de las ideas religiosas? Una caída sensible en el número de fieles de todas las religiones, y más de abusos, en materia sexual, de niños y jóvenes.
¿Y su religiosidad? ¿Permanece intacta?
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