Rusia culpa a EU de la quiebra de los sistemas de control de armas.


En su rueda de prensa anual, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, acusó a Washington de rechazar todas las propuestas "constructivas" presentadas por Moscú para salvar el INF, firmado en 1987, el primero de desarme sellado durante la Guerra Fría y que inauguró una era de reducción del arsenal nuclear. 

El martes se reunieron en Ginebra una delegación estadounidense, encabezada por la secretaria de Estado adjunta para el Control de Armas y Seguridad Internacional de EU, Andrea Thompson, y otra rusa, dirigida por el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov, pero la cita fracasó estrepitosamente.

En concreto, dijo Lavrov, Moscú ofreció a expertos de EU ver "con sus propios ojos" los parámetros del polémico misil crucero Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) que supuestamente viola el INF, pero Rusia se topó en Ginebra "con una postura estadounidense preparada".

Esta postura consiste "en su ultimátum y en exigirnos que renunciemos al misil, a su lanzadera y a todos los equipos relacionados bajo supervisión estadounidense", es decir de manera verificable, explicó Lavrov.

El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, dio el pasado 4 de diciembre 60 días a Rusia para que vuelva a cumplir el tratado INF.

Rusia sostiene que su misil crucero Novator 9M729 no está prohibido por el INF, ya que su alcance es de 498 kilómetros, mientras que el tratado afecta a los que llegan a entre 500 y 5,500 kilómetros.

Tampoco EU escondió su frustración por el fracaso de la reunión ginebrina: "Rusia continúa violando el tratado y no se ha preparado para explicar cómo regresar a su completo y verificable cumplimento", destacó el martes Thompson, quien instó al Gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, a "destruir el sistema de misiles que incumple el acuerdo".

Según Lavrov, EU no quiso tampoco dar acceso a Rusia a información que pudiera disipar las dudas que tiene Moscú sobre el cumplimiento de la parte estadounidense del tratado.

Putin fue el primero en su momento en acusar a EU de violar el acuerdo, al poner de ejemplo el despliegue de elementos estratégicos del escudo antimisiles en Europa.

La falta de progresos en el terreno del INF hace sospechar a Rusia que Washington también quiera dar por terminado el acuerdo de reducción de armas nucleares, conocido como Nuevo Start o Start III, que expira en 2021.

"Muchos países temen que la retirada de ese acuerdo esté contemplada dentro los planes de la Administración estadounidense", señaló el ministro ruso de Asuntos Exteriores.
"Esperamos que no sea el caso", indicó.

Lavrov dijo que Rusia "está interesada en prolongarlo" y que Moscú "ha hecho mucho para eliminar posibles irritaciones" en torno al mismo, como las expresadas por EU.

El tratado, firmado en 2010 entre los entonces presidentes de EU y Rusia, Barack Obama y Dmitri Medvédev, respectivamente, busca limitar el arsenal nuclear de las dos potencias de forma paritaria, y aunque tenía una vigencia de diez años, es posible prolongarlo de mutuo acuerdo por un máximo de cinco más.

No obstante, tanto Trump como su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, han sido muy críticos con el acuerdo, que limitaba a un máximo de 1.550 el número de cabezas nucleares estratégicas para cada uno de los dos signatarios.

En la rueda de prensa anual, Lavrov también se refirió al conflicto en Siria, al afirmar que los territorios que abandone EU en el país árabe tras la retirada de sus tropas deben pasar bajo el control de Damasco.

Además criticó la postura de EU sobre Venezuela, al calificar de "muy alarmantes" las declaraciones que se formulan sobre una posible intervención militar en el país andino o de que ahora Washington podría reconocer como presidente no a Nicolás Maduro, sino al presidente de la Asamblea Nacional venezolana, el opositor Juan Guaidó.


Fuente: elsiglodetorreon

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