Participaron estudiantes de primarias de Educación Indígena en “Récord Mundial de Lectura” 2019.

Un grupo de 300 niños y niñas de primarias de Educación Indígena en Guachochi, participaron en la lectura colectiva del “Récord Mundial de Lectura” 2019, desarrollado en planteles de la Comarca Lagunera, formada por los límites de Durango y Coahuila.

El contingente chihuahuense asistió como invitado especial, para ser parte de las 237 mil personas de todo el país, que leyeron un mismo texto para superar la cifra de la edición 2017 que registró 200 mil 177 lectoras y lectores activos de manera simultánea.

Chihuahua fue representado por las escuelas de Educación Indígena, “Elvira Cruz Bustillos” y la escuela-albergue Centro de Integración Social “Eréndira”, ubicadas en la cabecera municipal de Guachochi, así como la “Josesito Aguirre”, en la comunidad Huizarochi de ese mismo municipio.

Entre las tres instituciones educativas sumaron un grupo de alrededor de 300 alumnos y alumnas, quienes se sumaron a estudiantes de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón y Ciudad Durango, al igual que padres de familia, docentes y la ciudanía en general.

Cada año el “Proyecto Cultural Revueltas”, que es un organismo cultural ciudadano con sede en la región lagunera, organiza el “Récord Mundial de Lectura” para invitar a leer el libro “México Insurgente”, de manera colectiva y simultánea en todo el país.

La obra es de la autoría del escritor y periodista estadounidense, John Reed (1887-1920), y la parte seleccionada es “El Sueño de Villa”, a través del cual reseña los anhelos de un mejor país para las futuras generaciones, expresados en ese entonces por el líder revolucionario.

                    

“Proyecto Cultural Revueltas” tiene por objetivo impulsar actividades orientadas a incrementar la cantidad de personas lectoras en México, principalmente entre estudiantes.

Para la lectura colectiva, cada año se lee el siguiente fragmento del referido libro:

“Cuando se establezca la nueva República, no habrá más ejército en México.

Los ejércitos son los más grandes apoyos de la tiranía. No puede haber dictador sin su ejército.

Pondremos a trabajar al ejército. Serán establecidas en toda la República, colonias militares formadas por veteranos de la Revolución.

El Estado les dará posesión de tierras agrícolas y creará grandes empresas industriales para darles trabajo. Laborarán tres días de la semana y lo harán duro, porque el trabajo honrado es más importante que pelear y sólo el trabajo así produce buenos ciudadanos.

En los otros días recibirán instrucción militar, la que, a su vez, impartirán a todo el pueblo para enseñarlo a pelear.

Entonces, cuando la patria sea invadida, únicamente con tomar el teléfono desde el Palacio Nacional en la Ciudad de México, en medio día se levantará todo el pueblo mexicano de sus campos y fábricas, bien armado, equipado y organizado para defender a sus hijos y a sus hogares.

Mi ambición es vivir mi vida en una de las colonias militares, entre mis compañeros a quienes quiero, que han sufrido tanto y tan hondo conmigo.

Creo que desearía que el gobierno estableciera una fábrica para curtir cueros, donde pudiéramos hacer buenas sillas y frenos, porque sé cómo hacerlos; el resto del tiempo desearía trabajar en mi pequeña granja, criando ganado y sembrando maíz.

Sería magnífico, yo creo, ayudar a hacer de México un lugar feliz”.