Estado Fallido

Valentín Ramírez Llanes.

El estado fallido es considerado como una entidad que ha fallado en otorgar y preservar, sobre todo preservar, la garantía de servicios básicos, entre las que destacan especialmente los de tranquilidad personal, paz social, orden institucional y respeto irrestricto a los derechos humanos, y es utilizado para contextualizar y explicar fenómenos tan complejos como la ineficacia gubernamental, vacíos de poder local, violencia regional y falta de resultados en un sistema político.

Cuando se da la pérdida de control físico de un territorio o hay incapacidad de la autoridad legítima para la toma de decisiones y mantenimiento del orden, aquello se convierte sin duda en una estado fallido, que repercute en la incapacidad para suministrar los servicios básicos para la convivencia sana, bienestar colectivo y en paz, que se traduce en fracaso social, pérdida de confianza, perversión de la política y fuertes problemas económico.

Un estado de este tipo, refleja una marcada ineficacia gubernamental que se expresa en vacíos de poder local, violencia regional y falta de resultados derivados en la ausencia de autoridad de los poderes constituidos que se ven seriamente amenazados por grupos poderosos económica y militarmente, que atentan contra la tranquilidad social, la libertad personal, el desarrollo armonioso de actividades de la comunidad, que refleja desasosiego, miedo, zozobra e intranquilidad. 

Un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, aderezado de problemas políticos incontrolables, que desemboca en problemas económicos severos, serios desajustes en las finanzas públicas, falta de empleo y oportunidades especialmente para personas jóvenes, igual para los adultos olvidados, producto de un gobierno tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio.

Deviene por tener severos problemas para proveer de servicios elementales de relación humana, como son el respeto irrestricto a la vida, al derecho al trabajo, a la paz social, al estudio, que se detalla con altos niveles de corrupción y criminalidad incontrolable, que mantiene en zozobra a la población y a todas sus familias que se muestran incapaces e inhabilitadas por la presión, de salir siquiera a la calle para realizar sus actividades cotidianas.

En el estado fallido, grupos poderosos, al margen de la ley, se convierten en dueños de vidas y haciendas, y en muchos de los casos, en representantes de un territorio que dominan económicamente, pero también políticamente, al mantener en situación de control a la autoridad de una región, ciudad, pueblo, e incluso zonas amplias en las que muestran y demuestran su gran poder, y desquician, cuando así lo consideran conveniente, con acciones violentas que van de quema de vehículos de particulares, secuestro de personas e incluso de grupos completos, incendio de negocios que se dan el lujo de exhibir en videos, así como desaparición de personas de las que no hay rastro, al igual que asaltos a bancos, destrozo de oficinas, atraco centros comerciales.

Este estado llega a su clímax, al atentar contra las autoridades constituidas y, peor aún, alcanza el maximum cuando no solo lanzan un reto abierto a la autoridad constituida, sino que se lanzan al ataque contra el ejercito y policías, en clara demostración de poder contra poder, donde muchas de las veces la delincuencia sale ganando. Incluso se atreven a tumbar con un lanza cohetes de tierra-aire de fabricación rusa, un helicóptero Cougar del ejército de última generación con valor de 27 millones de pesos, cuando realizaba labores de reconocimiento, ocasionando seis militares muertos entre los 13 militares, dos policías federales y dos oficiales, en franca, osada y atrevida demostración de reto a la autoridad y de que actúan muy en serio cuando se ven afectados sus intereses, o cuando la autoridad amenaza con detener y lo hace a sus líderes de grupo.

Provocación de incendios en locales de negocios, quema de vehículos en forma indiscriminada, cierre de calles y avenidas, e incluso bloqueo con vehículos grandes de salidas estratégicas de ciudades por los cuatro puntos cardinales, hasta el atrevimiento de ataques a locales policiacos, cárceles y centros de rehabilitación hasta donde se atreven a llegar con tal de rescatar a sus compañeros en comprometido pacto de sangre, en abierta declaración de guerra contra elementos de la policía e incluso contra el ejército y la armada nacional, que deja ver el poder sobre otro poder, acciones que dejan perplejo a todo mundo y obliga a protegerse al máximo, en un ambiente de guerra y hostilidad regional que permanece incólume ante una autoridad incompetente y muchas de las veces coludido con el crimen organizado, que a la hora de querer meter orden y tranquilidad, sale con cuentas mochas, producto de un actuar de muchos años embonado por la corrupción y colusión de la autoridad en turno con la delincuencia.

Asesinato de mujeres, femenicidios dirán otros, explotación de infantes, robo de niños, jornaleros con salarios de hambre y condiciones infrahumanas en lugares de trabajo temporales, explotación y ejecución masiva de migrantes, en fin, muestras claras de que: o avanzamos indefectiblemente hacia un estado fallido, o ya vivimos en él, o de plano buena parte del país soporta los efectos de un estado este tipo que exige una atención pronta, justa y efectiva de la autoridad en turno, porque una de las señales de un estado fallido, es la pérdida de la autoridad legítima que desemboca en el caos y la confusión, violencia y atrocidad, y al parecer en esas estamos.

Cualquier semejanza con lo que pasa en algunas entidades de la república mexicana ¿será pura coincidencia? o de plano ya estamos inmersos o en los albores de este tipo de estado fallido, un estado criminal, violento, anárquico donde prevalecen las atrocidades contra la población, estados incontrolables donde la ley está solo en la letra como en Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Tamaulipas, Estado de México, Tabasco y Nuevo León, y en estas últimas fechas en el estado de Jalisco, un estado que arde en llamas por sus altos niveles de criminalidad y sobre todo de reto abierto y declarado contra el poder constituido, que es una de las características del Estado Fallido.

Solo faltan grupos guerrilleros en el territorio nacional para caracterizar un estado fallido, y en Guerrero existen. Incluso están exigiendo no votar en estas elecciones, por lo que el escenario se complementa. Será?

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