Editorial
El panorama político nacional después de las elecciones del pasado Domingo 7 de julio en el que se renovaron alcaldías, congresos, sindicaturas y una gubernatura en 14 estados de la República, se presenta interesante, aún cuando al escribir estas líneas no se han dado resultados oficiales.
Se confirma que el PRI sigue siendo la mayor fuerza política nacional, seguido por el PAN, que debilitado y todo, mantiene una presencia efectiva en buena parte de la República.
La formación de Alianzas legalmente contempladas por la legislación electoral, pero cuestionadas por la traición a ideologías y plataformas políticas de algunos partidos, solo se comprenden por la ambición del poder de grupos y liderazgos al interior de los mismos.
Los partidos, ante la poca presencia y representación, sólo se adhieren como rémoras al tiburón que les garantiza la supervivencia.
En el proceso que acaba de terminar, no fueron menos las denuncias de compra y coacción del voto, prácticas que viven enquistadas en los partidos y que por lo general todos las utilizan.
Afortunadamente por lo que parece, el resultado de las elecciones no se judializará ni se resolverá en los tribunales.
Si nos preguntamos ¿a quién le fue mejor?, tendríamos que señalar a Gustavo Madero, líder del PAN como el ganón, quien estaba en una tablita por los problemas internos y gracias a los resultados obtenidos en éstas elecciones estaría en posibilidades de reelegirse ó lo más sensato, retirarse dignamente como GRETA GARBO, según sus propias palabras.
Se confirma que el PRI sigue siendo la mayor fuerza política nacional, seguido por el PAN, que debilitado y todo, mantiene una presencia efectiva en buena parte de la República.
La formación de Alianzas legalmente contempladas por la legislación electoral, pero cuestionadas por la traición a ideologías y plataformas políticas de algunos partidos, solo se comprenden por la ambición del poder de grupos y liderazgos al interior de los mismos.
Los partidos, ante la poca presencia y representación, sólo se adhieren como rémoras al tiburón que les garantiza la supervivencia.
En el proceso que acaba de terminar, no fueron menos las denuncias de compra y coacción del voto, prácticas que viven enquistadas en los partidos y que por lo general todos las utilizan.
Afortunadamente por lo que parece, el resultado de las elecciones no se judializará ni se resolverá en los tribunales.
Si nos preguntamos ¿a quién le fue mejor?, tendríamos que señalar a Gustavo Madero, líder del PAN como el ganón, quien estaba en una tablita por los problemas internos y gracias a los resultados obtenidos en éstas elecciones estaría en posibilidades de reelegirse ó lo más sensato, retirarse dignamente como GRETA GARBO, según sus propias palabras.
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