Ya se está haciendo costumbre - Help me please!
Por Francisco Santana.
De un tiempo para acá se está haciendo costumbre que gobernantes de distintas fuerzas políticas estén mezclando la política con la religión implorando a la divinidad el auxilio para resolver problemas que sus capacidades no pueden resolver.
Antes de entrar en detalles diré que en México la relación Iglesia - Estado ha pasado por etapas conflictivas, desde la promulgación de las Leyes de Reforma, pasando por la Guerra Cristera hasta nuestros días.
Los constituyentes de 1917 dejaron plasmada en la Constitución la relación Iglesia - Estado en los artículos 24 y 130 y el precepto de Estado Laico en el artículo 40.
La iglesia durante muchos años intentó retomar privilegios perdidos y a través de hábiles mecanismos y complicidades logró que en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se reformaran los artículos 24 y 130 el 28 de enero de 1992.
La reforma al artículo 24 quedó de la siguiente manera: “Todo hombre es libre de profesar la creencia religiosa que más le agrade y practicar las ceremonias, devoluciones y actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o faltas penados por la ley.
El artículo 130 también se modifica autorizando que los actos de culto puedan celebrarse extraordinariamente fuera de los templos, sujetándose a la ley reglamentaria.
El artículo 40 establece que: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república democrática, LAICA, federal, compuesta de Estados Soberanos, libres en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.
La expresión que sirve como cabeza de este artículo tiene relación porque de tiempo para acá, se están dando violaciones a la Carta Magna por gobernantes que no entienden, que su libertad individual de practicar la religión que deseen, está plenamente garantizada por la constitución, pero que no puede ser profesada con la investidura que ostentan como servidores públicos en el cargo que desempeñen.
El 20 de abril pasado, el gobernador del Estado César Duarte Jáquez consagró al Estado de Chihuahua y se consagró a sí mismo y a su familia en un acto litúrgico celebrado ante 10 mil personas con la presencia de la Jerarquía Católica de Arzobispos y Obispos, donde proclamó el siguiente mensaje:
“Yo, César Duarte Jáquez, por este medio me consagro a mí mismo, a mi familia y a mi servicio público... Pido al Sagrado Corazón de Jesús que escuche y acepte mi consagración, que me ayude a la intercesión del Inmaculado Corazón de María, y le entrego todo lo que somos y todo lo que tenemos.
En este acto violatorio a la Constitución estuvieron como partícipes y cómplices, el presidente municipal de Chihuahua, los presidentes del congreso y del poder judicial.
Claro que para darle más énfasis al acto, estuvieron también presentes Emmanuel Asha, su hijo y Manuel Capetillo.
Hace un año el Gobernador de Veracruz acude a la Consagración del Estado y aunque dice que lo hace a título personal, su asistencia es a todas luces reprobable. La ceremonia se efectuó en la Catedral de Veracruz y fue precedida por el Obispo Martín del Campo.
Y sigue la ola...
La presidenta de Monterrey, N.L., Margarita Alicia Arellanes, que por cierto ostenta un titulo de estudios de Postgrado en Derecho Constitucional, entregó la Ciudad de Monterrey a nuestro Señor Jesucristo para que su reino de Paz sea establecido.
Antes de la alcaldesa de Monterrey, Arellanes, el priísta César Garza, presidente municipal de Guadalupe, N.L., hizo también entrega a Dios de ese lugar, ante grupos religiosos.
También el panista Rodolfo Ambriz lo hizo en el municipio de Benito Juárez en N.L..
Enrique Pelayo, presidente de Ensenada, B.C., de corte priísta también entregó las llaves a Jesucristo.
Tradicionalmente la iglesia ha sido aliada del poder político establecido, y gracias al apoyo mutuo se complementan, de manera que dificilmente podrá exigir el Estado el cumplimiento de la ley a quienes la violan.
Antes de entrar en detalles diré que en México la relación Iglesia - Estado ha pasado por etapas conflictivas, desde la promulgación de las Leyes de Reforma, pasando por la Guerra Cristera hasta nuestros días.
Los constituyentes de 1917 dejaron plasmada en la Constitución la relación Iglesia - Estado en los artículos 24 y 130 y el precepto de Estado Laico en el artículo 40.
La iglesia durante muchos años intentó retomar privilegios perdidos y a través de hábiles mecanismos y complicidades logró que en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se reformaran los artículos 24 y 130 el 28 de enero de 1992.
La reforma al artículo 24 quedó de la siguiente manera: “Todo hombre es libre de profesar la creencia religiosa que más le agrade y practicar las ceremonias, devoluciones y actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o faltas penados por la ley.
El artículo 130 también se modifica autorizando que los actos de culto puedan celebrarse extraordinariamente fuera de los templos, sujetándose a la ley reglamentaria.
El artículo 40 establece que: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república democrática, LAICA, federal, compuesta de Estados Soberanos, libres en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.
La expresión que sirve como cabeza de este artículo tiene relación porque de tiempo para acá, se están dando violaciones a la Carta Magna por gobernantes que no entienden, que su libertad individual de practicar la religión que deseen, está plenamente garantizada por la constitución, pero que no puede ser profesada con la investidura que ostentan como servidores públicos en el cargo que desempeñen.
El 20 de abril pasado, el gobernador del Estado César Duarte Jáquez consagró al Estado de Chihuahua y se consagró a sí mismo y a su familia en un acto litúrgico celebrado ante 10 mil personas con la presencia de la Jerarquía Católica de Arzobispos y Obispos, donde proclamó el siguiente mensaje:
“Yo, César Duarte Jáquez, por este medio me consagro a mí mismo, a mi familia y a mi servicio público... Pido al Sagrado Corazón de Jesús que escuche y acepte mi consagración, que me ayude a la intercesión del Inmaculado Corazón de María, y le entrego todo lo que somos y todo lo que tenemos.
En este acto violatorio a la Constitución estuvieron como partícipes y cómplices, el presidente municipal de Chihuahua, los presidentes del congreso y del poder judicial.
Claro que para darle más énfasis al acto, estuvieron también presentes Emmanuel Asha, su hijo y Manuel Capetillo.
Hace un año el Gobernador de Veracruz acude a la Consagración del Estado y aunque dice que lo hace a título personal, su asistencia es a todas luces reprobable. La ceremonia se efectuó en la Catedral de Veracruz y fue precedida por el Obispo Martín del Campo.
Y sigue la ola...
La presidenta de Monterrey, N.L., Margarita Alicia Arellanes, que por cierto ostenta un titulo de estudios de Postgrado en Derecho Constitucional, entregó la Ciudad de Monterrey a nuestro Señor Jesucristo para que su reino de Paz sea establecido.
Antes de la alcaldesa de Monterrey, Arellanes, el priísta César Garza, presidente municipal de Guadalupe, N.L., hizo también entrega a Dios de ese lugar, ante grupos religiosos.
También el panista Rodolfo Ambriz lo hizo en el municipio de Benito Juárez en N.L..
Enrique Pelayo, presidente de Ensenada, B.C., de corte priísta también entregó las llaves a Jesucristo.
Tradicionalmente la iglesia ha sido aliada del poder político establecido, y gracias al apoyo mutuo se complementan, de manera que dificilmente podrá exigir el Estado el cumplimiento de la ley a quienes la violan.
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