Autoritarismo simulado, todo contra el pueblo

Por Oder Yemal Santana.


Hace unos meses cuando se percibía el regreso del PRI al poder, luego de dos largos sexenios, y después de haber gobernado al país, prácticamente con exclusividad, por más de 70 años, muchos analistas y ciudadanos nos preguntábamos cual sería la marca de este nuevo PRI, ¿Sería el PRI represivo y autoritario? ¿Sería un PRI reeducado y moderno? ¿Sería algún hibrido surgido de las propias necesidades evolutivas que exigen los nuevos tiempos? Lo cierto es que fuese cual fuese, representaba un cambio en la manera de hacer política que no veíamos desde hacía casi 15 años: la edad de nuestra hija quinceañera, el tiempo que transcurrió para que aparecieran arrugas en nuestro rostro, canas en nuestro cabello, en el mejor de los casos, ya que en ese tiempo muchos lo perdimos irremediablemente; 15 años que representan entre la cuarta y la quinta parte de nuestra vida promedio.La primera imagen de este nuevo PRI se denotó cuando en una ceremonia marcial, al presidente se le entronizó como “El Comandante Supremo”, y por primera vez en la historia de México se televisó dicho evento como si se tratara de la unción de un nuevo rey o del mismo Papa.
Posteriormente tuvimos la percepción de un Presidente acalambrado que no soporta la crítica, cuando varios periodistas fueron “echados de su trabajo” por atreverse a cuestionar la imagen del presidente, de ahí que ya nadie salvo las redes sociales, se atrevan a evidenciar la falta de talentos del presidente, o los constantes hierros que comete. Asimismo en tan poco tiempo tenemos hoy la versión de un “Presidente amiguista”, que no diferencia entre el servicio público y el servicio personal, poniendo en puestos claves a sus amigos y no a los mejores servidores públicos, incluso elevó de un solo golpe a un modosito político como Osorio Chong, colaborador suyo en el Estado de México, al cargo más importante luego de la propia Presidencia de la República, como lo es la Secretaria de Gobernación, desde donde se han dado algunos golpes estratégicos que parecieran justificar que la política es mejor ejercerla con manga corta; es decir, entre un grupo pequeño y homogéneo de incondicionales (amigos).
Entre sus magros resultados, pero políticamente muy importantes para los efectos de este gobierno están: El pacto por México, un ejercicio de simulación donde se pueden planchar los acuerdos que antes se hacían en lo oscurito con sospechosismo, y que ahora enarbola los mejores acuerdos entre fuerzas políticas por el bien de México, y por otro lado, el asesinato político de Elba Esther Gordillo, su antigua socia y compañera de filas, lo que trajo como consecuencia una restructuración de la enfermiza relación Gobierno /Snte, aquella que persiste desde hace casi 60 años y que tantos beneficios ha dejado a ambas partes, aunque esto implique un costo muy alto para la educación de los mexicanos en términos de cultura y de mejores competencias para la productividad y el desarrollo general.
Sin embargo, al parecer estos fueron sólo movimientos mediáticos que parecen ocultar algo más importante y macabro, “El regreso del autoritarismo”, entendiendo este como la falta de consensos y la aparición de actos opresivos, en complicidad con los principales medios de comunicación quienes ya no dirigen la agenda política sino sólo la modelan, así se logró la satanización de las movilizaciones de la CNTE, que por otro lado se excedió tanto en sus propósitos como en sus formas, pervirtiendo lo que en principio era muy loable, que era debatir sobre el estado de las políticas públicas, sus qué, cómo y para qué.  Pero lo verdaderamente grave es la forma en la que se impulsa la modernidad, preocupantemente similar a los tiempos del porfiriato, donde las políticas se decía, “se hacían con las mejores intenciones”, pero todas iban contra el pueblo y no había forma de decir que no. A partir de la necesidad del llamado “Apagón analógico” que no es otra cosa que la recuperación de espectro radioeléctrico para eficientar las señales; es decir, sustituir la señal analógica por la señal digital, que por otra parte cabe decir, no es una disposición sólo de México, sino de un acuerdo mundial, y por otro lado, tampoco fue este gobierno quien lo impulso sino el anterior de Felipe Calderón quien anunció el Apagón analógico, lo que sí, es que al ser la información un derecho de los mexicanos, el gobierno Peñista sabedor de las implicaciones de este apagón, debió asumir los costos del cambio de la señal analógica a la digital, particularmente, garantizar que todos los mexicanos contaran con aparatos convertidores de señal subsidiados y a bajo costo antes de llevar a cabo el corte de señal, No lo hizo, y aun así interrumpió ésta en Tijuana y otros lugares, sin importarle que muchos mexicanos,el 92% de los hogares del País que cuenta con una TV. La mayoría analógicas, ya que apenas un 14% de los hogares tienen TV digital, no tuvieran los recursos ni la información para adquirir el equipo convertidor. ¡No le importó! Y la SCT con total despotismo se negó a escuchar razones, al final sólo cedieron ante un hecho no anticipado increíblemente “Las elecciones”, ¿Cómo podrían informarse los tijuanenses de las propuestas de los candidatos sin televisión? Este apagón seguirá por todo el país y sólo una mínima parte de los mexicanos, los más adinerados podrán contar con señal, la gran masa deberá ahorrar para comprar el costoso equipo o bien esperar a que el gobierno peñista se decida a subsidiarlos como debiera ser su obligación.
Ahora bien este comportamiento arbitrario parece estarse diseminando por toda la estructura priista por el país, aquí en Chihuahua el gobierno aplica a pie juntillas el mismo tipo de política que el gobierno federal, y sin pensar en los más pobres, elitiza, sin consenso y sólo “por sus pistolas” el transporte público. Lo moderniza es cierto pero a un alto costo para la inmensa mayoría de la población, ya que si antes un trabajador que gana en promedio 500 pesos a la semana, gastaba para trasladarse desde un punto al norte de la ciudad hacia el centro, 6 pesos, algo así como 72  pesos a la semana, ida y vuelta, ahora con el nuevo sistema, deberá gastar 36 pesos, 180 pesos a la semana; es decir, la tercera parte de su salario sólo para ir a trabajar, sin contar los gastos que deban hacer sus hijas o hijos para ir a la escuela. Y no hay medidas alternas, el gobierno ya dispuso que no haya otro medio de transporte, SOLO EL VIVEBUS, que si no tienes para pagarlo deberás irte a pie a tu trabajo. Esto nos lleva a pensar que como van las cosas, lo que sigue es que pronto no habrá dinero corriente y por ende nos obligarán a todos a usar tarjeta de crédito, con los consabidos cargos y otros que se les ocurrirán, asimismo desaparecerá el gas LP y todos deberán contar, aún las colonias más lejanas con servicio de gas entubado, y si no, pues se calentarán con leña, la luz y el agua será de prepago y sino tiene en el momento para pagarla, pues con veladoras, y a baño de gato, además todos deberemos votar, eso sí, y esto en lugar de ser un derecho, se convertirá en una obligación aún si la política y quienes viven de ella son los causantes de nuestras desgracias, así es amigo lector, y créame, no es una película de ciencia ficción, es real y hacia allá vamos.

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