Cápsulas Culturales
Exísten varias versiones sobre el origen del juego del ajedrez, que se conoce y se juega en todo el mundo, pero prevalece una, posiblemente legendaria: Seis siglos antes de Cristo reinaba en tiro, ciudad de Fenicia, Hiram II. Sissa, hombre de inteligente e ingenioso, era su imprescindible consejero. Durante una época de su reinado, Hiram se vió asediado por el aburrimiento y recurrió a Sissa, prometiéndole que le concedería lo que pidiera si encontraba algún remedio para este mal. A raíz de ello, éste inventó el ajedrez, juego que cautivó al rey, y que efectivamente lo retiró del tedio. Cuando preguntó al consejero cuál era su deseo, éste, posiblemente como broma, le pidió una cantidad de trigo calculada con el propio tablero: Un grano por el primer casillero, dos por el segundo, cuatro por el tercero, ocho por el cuarto, y así sucesivamente, doblando la cantidad en cada casillero. El monarca rió de una petición tan simple, la que sin embargo nunca pudo conceder. La cantidad de granos así calculada, asciende a 87,076 billones, suficiente para cubrir todo el planeta con un grosor de un metro.
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