PGR ignora la mayor fosa ilegal del país; no investiga el hallazgo de 245 cuerpos en Veracruz
Es oficial. La Fiscalía de Justicia de Veracruz confirmó a Animal Político que en el predio denominado Colinas de Santa Fe se han encontrado restos humanos de por lo menos 245 personas que fueron enterradas de forma ilegal en ese sitio.
Esto lo convierte en el conjunto de fosas clandestinas más grande de México del que oficialmente se tenga registro a la fecha. Sin embargo, a pesar de este dato, la Procuraduría General de la República (PGR) no ha iniciado una averiguación previa por el caso, ni tampoco ha atraído las investigaciones.
De acuerdo con el reporte de las autoridades veracruzanas, en este terreno se han descubierto hasta ahora 125 fosas. De ese total, aún restan dos por ser inspeccionadas por los peritos forenses en coordinación con el ‘Colectivo Solecito’; organización civil que es coadyuvante en la búsqueda de los restos. Por lo que se prevé que aún puedan aparecer más cadáveres y restos humanos en este predio que, según la línea de investigación de las autoridades, fue usado como un cementerio clandestino por uno o varios grupos del crimen organizado para sepultar los restos de personas asesinadas.
Hasta la fecha, de las 245 personas enterradas con sus respectivos 245 cráneos en Colinas de Santa Fe –donde además también se han hallado más de 14 mil restos óseos que pudieran corresponder a otros cuerpos- solo dos han sido plenamente identificadas por los peritos: Pedro Huesca Barradas, agente del Ministerio Público de apenas 30 años, y su secretario Gerardo Montiel, de 29. Ambos desaparecieron el 15 de abril de 2013, tras ser secuestrados en Ciudad Cardel, Veracruz, por integrantes del crimen organizado.
Animal Político te presenta un perfil de las dos primeras víctimas identificadas en Colinas de Santa Fe.
“Pedro soñaba con ser Fiscal de Veracruz”
Apenas había pasado algo más de una hora desde que el joven matrimonio se despidió como cada mañana con la promesa de verse de nuevo en la noche. Pero Yiridia intuyó rápido que algo no estaba bien.
Tomó el celular y le mandó un mensaje a Pedro, su esposo de 30 años que llevaba ocho meses como Fiscal Especializado adscrito a la Secretaría de Marina en el Operativo Veracruz Seguro, y quien tenía a pesar de su corta edad una larga trayectoria de 10 años en la fiscalía veracruzana, donde también se desempeñaba como Ministerio Público en la agencia octava.
Los minutos pasaban y Pedro no contestaba.
Extrañada, Yiridia comenzó a marcar a los tres números de celular del funcionario. Una llamada. Dos. Tres. Cuatro. Cinco… Y a la 20 comenzó a entrar en pánico cuando escuchó de nuevo el contestador automático anunciado que Pedro no estaba disponible.
El transcurrir del tiempo se tornó pesado. Hasta que, poco después de la última llamada, el padre de Yiridia entró a su despacho, en la oficina de Cultura del Ayuntamiento de Cardel, y le contó que los militares habían encontrado una camioneta baleada muy parecida a la de Pedro.
-En ese momento supe muy claro que algo malo le había pasado a Pedro –dice en entrevista Yiridia.
La veracruzana se levantó del escritorio. Sintió que todo le daba vueltas y comenzó a recordar las discusiones con Pedro. Las veces que le había pedido, que le había rogado, que pidiera protección permanente a la Secretaría de Marina y a la Fiscalía veracruzana. Sobre todo desde que meses antes habían detenido a un importante líder criminal en Córdoba, en la zona centro del estado, y las amenazas del crimen organizado comenzaron a apuntar a Pedro.
-Su sueño era ser fiscal de Veracruz y defendía que siendo honesto y dedicado, iba a cumplir esa meta –comenta Yiridia con voz cansada-. Yo lo apoyé siempre, pero le pedí muchas veces que pidiera protección.
Sin embargo, Pedro no vio motivo para ello.
-Él decía que era una persona honesta y derecha, y que no tenía por qué salir a la calle con miedo. Creo que a lo mataron por ser demasiado honesto e inocente en un mundo de delincuentes.
“La Fiscalía no salió a limpiar el nombre de Pedro”
Días más tarde de que apareciera la camioneta de Pedro baleada y abandonada en una carretera de Ciudad Cardel, en el municipio de La Antigua, agentes de la Policía Ministerial detuvieron a dos presuntos integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación como responsables del secuestro, quienes además dijeron haber recibido la colaboración de otros dos agentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
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