Magno edificio de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física UACH
Aquí y Ahora / Valentín Ramírez Llanes
29 de agosto, día histórico
Recordar es vivir. Pero recordar en el futuro inmediato y revivir el anecdotario que se deja al mudar del edificio del viejo campus ocupado desde 1969 a la fecha, al nuevo y moderno edifico del nuevo campus, provoca remembranza y añoranza.
Dejar un lugar que por 44 años fue escenario de grandes cosas y pequeños detalles, múltiples hechos y sucesos extraordinarios que han hilvanada una gran historia, es algo que sin duda alguna se habrá de extrañar y recordar.
Decir y reseñar mucho con pocas palabras, requiere de una gran capacidad de síntesis y de conocimiento puntual del historial de una facultad como la que nos ocupa que nace un 19 de abril de 1956, gracias a la voluntad de grandes visionarios.
La historia se escribe rápido, pero se vive en grande. Así es la historia de la que primero fue Escuela de Educación Física, después Escuela Superior de Educación Física, más adelante Facultad de Educación Física y Ciencias del Deporte y ahora Facultad de Ciencias de la Cultura Física.
En esa historia hay vida, sensibilidad, inteligencia y compromiso institucional.
Así fue el inicio de la institución, y los sucesos se siguen repitiendo en esa espiral propia del desarrollo institucional, que le ha dado rostro y vida propia a la facultad, que deja satisfecho al estudiante, al maestro, al directivo y al funcionario más exigente.
El parto fue natural, pero con la exigencia de salir a la luz bien nacido, para moldear como debe ser un futuro prominente y promisorio.
La institución como escuela inicia formalmente ese 19 de abril diseñada por un gran visionario como lo fue Roberto B. Saldivar, apoyado por Arturo Zueck Ruffini, el alma de la institución, en lo que entonces era la escuela de Ganadería, donde actualmente se ubica el Centro de Cómputo y Centro Universitario para el Desarrollo Docente, en el viejo campus universitario, aunque anteriormente se promovía la génesis de la Facultad, en las instalaciones de la Asociación Cristiana de Jóvenes (Guay de Chihuahua).
Esto fue de 1956 a 1968, etapa de consolidación, en la que cerca del final de ese lapso, la institución se mudó a la entonces escuela de Bellas Artes, a un costado del famoso cascarón del incompleto y vetusto teatro universitario de gratos recuerdos, a un costado de donde actualmente se ubica el gimnasio Universitario MBA.
La historia que nos ocupa, inicia cuando en agosto de 1969 -año en el que la Universidad de Chihuahua alcanza su Autonomía- para que ya con nuevo director en la persona del profesor Gabriel Rodríguez Arzate, después de 13 largos años del primero directivo, se ubica a la Escuela de Educación Física en lo que por 44 años sería su casa: el campus universitario en la esquina de las avenidas Pascual Orozco y Universidad, donde empieza otra parte importante de su prolífica historia, mas académica, con edificio planeado y construido exprofeso para una escuela universitaria, que exigía nuevos compromisos, nuevas visiones y esfuerzos renovados.
Fue una etapa prolífica y generosa, vivida con intensidad y entusiasmo, que se caracterizó por etapas que cada vez exigían mayor entrega, con alberca al aire libre propiedad de la escuela Normal del Estado, sin gimnasio propio, pero con sobrado entusiasmo y ganas de superarse, con la mira puesta en tener cada vez mayores alcances.
Las trasformaciones siguieron con cada uno de los directivos en turno y las exigencias del momento. El 1973 la todavía escuela (E.F) por su nivel, instituyó los curso de verano con el propósito de capacitar y actualizar en sus estudios a los profesores de ese entonces, y se apresta para dar el salto cualitativo, al constituirse en 1974 en Escuela Superior de Educación Física (ESEF) con reconocimiento a nivel nacional.
A partir de 1976 el maestro Alfonso Herrera Rodríguez y el profesor Manuel Pérez Jasso, viven una etapa que se caracteriza por el incremento del número de estudiantes a poco más de 800. Toca turno al profesor Agripino Medina que ejerce de 1979 a 1986, en que la institución se consolida y empieza a egresar licenciados en Educación física y se logra la construcción de la alberca y el actual gimnasio multiusos.
Justo es recordar que en 1984, la Universidad adquiere el terreno nuevo Campus Universitario, a un costado del Estadio Universitario, y se empezaba a gestar el sueño de una nueva instalación, más moderna, con todos los avances de la ciencia y la tecnología, con laboratorios, áreas más funcionales, como es la institución en la que actualmente nos ocupa. Pasaron para ello de esta fecha al momento 19 largos años, pero allí esta.
Dejar un lugar que por 44 años fue escenario de grandes cosas y pequeños detalles, múltiples hechos y sucesos extraordinarios que han hilvanada una gran historia, es algo que sin duda alguna se habrá de extrañar y recordar.
Decir y reseñar mucho con pocas palabras, requiere de una gran capacidad de síntesis y de conocimiento puntual del historial de una facultad como la que nos ocupa que nace un 19 de abril de 1956, gracias a la voluntad de grandes visionarios.
La historia se escribe rápido, pero se vive en grande. Así es la historia de la que primero fue Escuela de Educación Física, después Escuela Superior de Educación Física, más adelante Facultad de Educación Física y Ciencias del Deporte y ahora Facultad de Ciencias de la Cultura Física.
En esa historia hay vida, sensibilidad, inteligencia y compromiso institucional.
Así fue el inicio de la institución, y los sucesos se siguen repitiendo en esa espiral propia del desarrollo institucional, que le ha dado rostro y vida propia a la facultad, que deja satisfecho al estudiante, al maestro, al directivo y al funcionario más exigente.
El parto fue natural, pero con la exigencia de salir a la luz bien nacido, para moldear como debe ser un futuro prominente y promisorio.
La institución como escuela inicia formalmente ese 19 de abril diseñada por un gran visionario como lo fue Roberto B. Saldivar, apoyado por Arturo Zueck Ruffini, el alma de la institución, en lo que entonces era la escuela de Ganadería, donde actualmente se ubica el Centro de Cómputo y Centro Universitario para el Desarrollo Docente, en el viejo campus universitario, aunque anteriormente se promovía la génesis de la Facultad, en las instalaciones de la Asociación Cristiana de Jóvenes (Guay de Chihuahua).
Esto fue de 1956 a 1968, etapa de consolidación, en la que cerca del final de ese lapso, la institución se mudó a la entonces escuela de Bellas Artes, a un costado del famoso cascarón del incompleto y vetusto teatro universitario de gratos recuerdos, a un costado de donde actualmente se ubica el gimnasio Universitario MBA.
La historia que nos ocupa, inicia cuando en agosto de 1969 -año en el que la Universidad de Chihuahua alcanza su Autonomía- para que ya con nuevo director en la persona del profesor Gabriel Rodríguez Arzate, después de 13 largos años del primero directivo, se ubica a la Escuela de Educación Física en lo que por 44 años sería su casa: el campus universitario en la esquina de las avenidas Pascual Orozco y Universidad, donde empieza otra parte importante de su prolífica historia, mas académica, con edificio planeado y construido exprofeso para una escuela universitaria, que exigía nuevos compromisos, nuevas visiones y esfuerzos renovados.
Fue una etapa prolífica y generosa, vivida con intensidad y entusiasmo, que se caracterizó por etapas que cada vez exigían mayor entrega, con alberca al aire libre propiedad de la escuela Normal del Estado, sin gimnasio propio, pero con sobrado entusiasmo y ganas de superarse, con la mira puesta en tener cada vez mayores alcances.
Las trasformaciones siguieron con cada uno de los directivos en turno y las exigencias del momento. El 1973 la todavía escuela (E.F) por su nivel, instituyó los curso de verano con el propósito de capacitar y actualizar en sus estudios a los profesores de ese entonces, y se apresta para dar el salto cualitativo, al constituirse en 1974 en Escuela Superior de Educación Física (ESEF) con reconocimiento a nivel nacional.
A partir de 1976 el maestro Alfonso Herrera Rodríguez y el profesor Manuel Pérez Jasso, viven una etapa que se caracteriza por el incremento del número de estudiantes a poco más de 800. Toca turno al profesor Agripino Medina que ejerce de 1979 a 1986, en que la institución se consolida y empieza a egresar licenciados en Educación física y se logra la construcción de la alberca y el actual gimnasio multiusos.
Justo es recordar que en 1984, la Universidad adquiere el terreno nuevo Campus Universitario, a un costado del Estadio Universitario, y se empezaba a gestar el sueño de una nueva instalación, más moderna, con todos los avances de la ciencia y la tecnología, con laboratorios, áreas más funcionales, como es la institución en la que actualmente nos ocupa. Pasaron para ello de esta fecha al momento 19 largos años, pero allí esta.
De 1986 a 1989, llega el maestro Eloy Armando Irigoyen Gutiérrez y la licenciatura en Educación Física se fortalece, se incrementa la planta docente con 95 por ciento de egresados titulados con licenciatura, y sienta las bases para lo que en el siguiente periodo será la Facultad de Educación Física y Ciencias del Deporte.
De 1989 a 1992, se aprueba el nivel de posgrado y la Escuela Superior de Educación Física pasa a ser Facultad, al crearse la maestría en Ciencias del Deporte, bajo la dirección del maestro Valentín Ramírez Llanes.
Toca turno el doctor Eloy Normando Márquez Ceniceros de 1992 a 1996, etapa en la que sale la primera generación de Maestría con 14 egresados, se fortalece la academia y la dirección tiene duración de 4 años.
De 1996 al año 2000, ejerce como director el Maestro Primo Alberto González Arzate, etapa en la que se empieza a trabajar en coordinación con el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Física, y en 1996 se registra el primer LEF en el estado con maestría en Educación Física, en la persona del Master Homero Moriel Santisteban.
La historia sigue su curso, y llega a la dirección de 2000 a 2004 el maestro Néstor Rivera Magallanes, que le dio fuerza al enfoque académico enmarcado en el Programa Integral para fortalecer el Postrado, y la Facultad crece.
De 2004 a 2008 entra en funciones como director el ahora Doctor Alejandro Chávez Guerrero, quien dedica tiempo y esfuerzo en promover la Reforma Educativa, fortaleciendo la calidad de la Educación Física impartida, al tiempo que se trabaja fuerte en promover la cobertura y la equidad en el ramo.
Hoy es el turno del M.C. Francisco Javier Flores Rico, personaje sencillo, trabajador, exigente, aplicado a la tarea de mantener y elevar el prestigio de la facultad.
Y después de 57 años de historia y de 44 de trabajar en el edificio de la Pascual Orozco, se inaugura el nuevo local. Entra la Facultad a una nueva era. Otra historia, que se caracteriza por ofrecer a los estudiantes y a la sociedad en su conjunto, a través de una visión abierta y futurista de las autoridades, profesionales con mejores y mayores oportunidades de trabajo en el campo abierto de la diversidad.
De 1989 a 1992, se aprueba el nivel de posgrado y la Escuela Superior de Educación Física pasa a ser Facultad, al crearse la maestría en Ciencias del Deporte, bajo la dirección del maestro Valentín Ramírez Llanes.
Toca turno el doctor Eloy Normando Márquez Ceniceros de 1992 a 1996, etapa en la que sale la primera generación de Maestría con 14 egresados, se fortalece la academia y la dirección tiene duración de 4 años.
De 1996 al año 2000, ejerce como director el Maestro Primo Alberto González Arzate, etapa en la que se empieza a trabajar en coordinación con el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Física, y en 1996 se registra el primer LEF en el estado con maestría en Educación Física, en la persona del Master Homero Moriel Santisteban.
La historia sigue su curso, y llega a la dirección de 2000 a 2004 el maestro Néstor Rivera Magallanes, que le dio fuerza al enfoque académico enmarcado en el Programa Integral para fortalecer el Postrado, y la Facultad crece.
De 2004 a 2008 entra en funciones como director el ahora Doctor Alejandro Chávez Guerrero, quien dedica tiempo y esfuerzo en promover la Reforma Educativa, fortaleciendo la calidad de la Educación Física impartida, al tiempo que se trabaja fuerte en promover la cobertura y la equidad en el ramo.
Hoy es el turno del M.C. Francisco Javier Flores Rico, personaje sencillo, trabajador, exigente, aplicado a la tarea de mantener y elevar el prestigio de la facultad.
Y después de 57 años de historia y de 44 de trabajar en el edificio de la Pascual Orozco, se inaugura el nuevo local. Entra la Facultad a una nueva era. Otra historia, que se caracteriza por ofrecer a los estudiantes y a la sociedad en su conjunto, a través de una visión abierta y futurista de las autoridades, profesionales con mejores y mayores oportunidades de trabajo en el campo abierto de la diversidad.
Se convierte la Facultad de Educación Física y Ciencias del Deporte, en Facultad de Ciencias de la Cultura Física, salto cualitativo que implica un enfoque más diverso y flexible, con mejores y mayores oportunidades para los egresados, que pueden intervenir en aspectos diversos del quehacer profesional como son el ámbito educativo, deportivo, campo de la nutrición, motricidad humana, atención a poblaciones especiales y administración de la educación física.
Se implementa el doctorado en ciencias del deporte, en coordinación con la Universidad de Nuevo León. Se da un gran paso.
Se fortalece la celebración de los Congresos Internacionales de elevada calidad académica, de investigación y producción científica, que emergen como fortalezas y oportunidades de gran valor para la institución, que amerita promover y engrandecer.
Con esto se da cumplimiento a la misión de la facultad de formar profesionales en el campo de la Cultura de la Actividad Física y la Atención a Poblaciones en Riesgo, lo que obliga a desarrollar estudiantes íntegros, con valores universales, capaces de dar respuestas pertinentes y creativas a través del desarrollo de competencias, que les permitan desempeñarse con un alto nivel de autonomía y compromiso social.
Promover la investigación en base a programas de calidad, con una planta docente de alto nivel, que permita a los egresados promover la educación, la salud y la cultura para una mejor calidad de vida de los mexicanos y en particular de los Chihuahuenses, es la tarea.
Esa es la misión, sin dejar de lado el sueño, la suma de lo deseable con lo posible, la visión de largo alcance, que pretende llegar a ser una institución con valores universales y responsabilidad social integra, capaz de formar profesionistas líderes, que compitan para construir proyectos de vida exitosos a través de programas educativos y proyectos de beneficio social certificados.
De 1969 a 2013, después de 44 años, la Facultad cambia de piel. Llega plena a un nuevo campus. Fortalece su propia historia, dispuestos a cambiarla en provecho y mejor desempeño de los docentes, los investigadores y de los estudiantes, en favor de la sociedad en su conjunto.
Llegan felices, pero comprometidos, sin dejar de añorar el viejo campus, con renovados bríos y el espíritu muy en alto. Contentos y con muchas de sacar adelante la empresa.
Se implementa el doctorado en ciencias del deporte, en coordinación con la Universidad de Nuevo León. Se da un gran paso.
Se fortalece la celebración de los Congresos Internacionales de elevada calidad académica, de investigación y producción científica, que emergen como fortalezas y oportunidades de gran valor para la institución, que amerita promover y engrandecer.
Con esto se da cumplimiento a la misión de la facultad de formar profesionales en el campo de la Cultura de la Actividad Física y la Atención a Poblaciones en Riesgo, lo que obliga a desarrollar estudiantes íntegros, con valores universales, capaces de dar respuestas pertinentes y creativas a través del desarrollo de competencias, que les permitan desempeñarse con un alto nivel de autonomía y compromiso social.
Promover la investigación en base a programas de calidad, con una planta docente de alto nivel, que permita a los egresados promover la educación, la salud y la cultura para una mejor calidad de vida de los mexicanos y en particular de los Chihuahuenses, es la tarea.
Esa es la misión, sin dejar de lado el sueño, la suma de lo deseable con lo posible, la visión de largo alcance, que pretende llegar a ser una institución con valores universales y responsabilidad social integra, capaz de formar profesionistas líderes, que compitan para construir proyectos de vida exitosos a través de programas educativos y proyectos de beneficio social certificados.
De 1969 a 2013, después de 44 años, la Facultad cambia de piel. Llega plena a un nuevo campus. Fortalece su propia historia, dispuestos a cambiarla en provecho y mejor desempeño de los docentes, los investigadores y de los estudiantes, en favor de la sociedad en su conjunto.
Llegan felices, pero comprometidos, sin dejar de añorar el viejo campus, con renovados bríos y el espíritu muy en alto. Contentos y con muchas de sacar adelante la empresa.
Se llega con nuevas y funcionales instalaciones de primer mundo, merecidas para todos.
Con esto se asegura que la facultad se siga posicionando como una de las mejores del país, por la calidad de sus programas educativos y el nivel de sus maestros y estudiantes, que la ubica como una de las mejores instituciones a nivel nacional.
Nuevas áreas, amplios laboratorios, espacios abiertos para el estudio y la convivencia en un nuevo edificio con las oportunidades que ofrece un local moderno que viene a fortalecer a una institución con todos los servicios y con una visión de mejora continua de la calidad educativa al servicio de los estudiantes y toda la comunidad, que habrá de retribuirse posteriormente en favor de la educación y beneficio de niños, jóvenes y adultos mayores.
Esa es su misión, forjar egresados que promuevan la educación, la salud y la cultura, para una mejor calidad de vida de todos los Chihuahuenses, para eso fue creada la facultad y para eso sigue vigente, actuante, viviente.
Con esto se asegura que la facultad se siga posicionando como una de las mejores del país, por la calidad de sus programas educativos y el nivel de sus maestros y estudiantes, que la ubica como una de las mejores instituciones a nivel nacional.
Nuevas áreas, amplios laboratorios, espacios abiertos para el estudio y la convivencia en un nuevo edificio con las oportunidades que ofrece un local moderno que viene a fortalecer a una institución con todos los servicios y con una visión de mejora continua de la calidad educativa al servicio de los estudiantes y toda la comunidad, que habrá de retribuirse posteriormente en favor de la educación y beneficio de niños, jóvenes y adultos mayores.
Esa es su misión, forjar egresados que promuevan la educación, la salud y la cultura, para una mejor calidad de vida de todos los Chihuahuenses, para eso fue creada la facultad y para eso sigue vigente, actuante, viviente.
Felicidades por el nuevo cambio.
Con afecto
Con afecto
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