LA REALIDAD DE LA REFORMA EDUCATIVA EN MÉXICO CON EL GOBIERNO DE PEÑA NIETO.


Aquí y Ahora/Profr. Roger García López

A mí, como a usted, me interesa que nuestros hijos reciban la mejor educación, nos molestan los bloqueos y nos aterran las historias como la del bar Heaven; Nosotros, como miles de mexicanos, hemos padecido en carne propia los estragos de todo lo que ha salido en las noticias de la capital del país en estos días.
Ya no sé si reír, si llorar o si agarrarme a golpes con la gente en las calles; Es imposible mantener la calma cuando vas del inicio del ciclo escolar a los temblores y de las marchas a las deudas. Es imposible.
Jamás acabaríamos de contarle todo lo que hemos visto, todo lo que hemos vivido; Y eso que muchos no nos enteramos del asesinato de algún familiar por los medios de comunicación, y eso que yo no usé el aeropuerto el viernes pasado.
Pero, ¿qué le parece si enfriamos la cabeza y vemos más allá de nuestra rabia y de las cosas que se han estado diciendo en la mayoría de los medios tradicionales, “prensa vendida”?
Creo que nos estamos equivocando, como con la mayoría de los temas de la agenda nacional, lo que están peleando los maestros de diferentes estados en la Ciudad de México no es una reforma educativa, es una reforma laboral, su reforma laboral, que afecta los derechos de los trabajadores de la educación y a sus hijos.
Que me perdonen mis amigos diputados y senadores, pero lo que ellos están modificando y haciendo, es desgraciar al país a través de sus reformas, que no tienen nada que ver con lo que están diciendo.
Una reforma educativa sería unir a las secundarias con las primarias en la creación de un nuevo esquema escolar básico de nueve años u obligar a los niños a pasar todo el día estudiando en sus planteles.
Lo que han cambiando va por otro lado; tiene que ver con los maestros, pero no con ayudarlos, sino con juzgarlos, con culparlos, con castigarlos, con quitarles sus prestaciones, sus derechos, sus obligaciones.
Por supuesto que están furiosos. ¿Usted estaría muy contento si hoy le dijeran, por ejemplo, que le van a quitar su aguinaldo, que le van a condicionar su sueldo a una evaluación y que todo el tiempo que tiene trabajando en una empresa no le va a servir de nada a la hora de jubilarse?
¿Usted estaría de acuerdo si, cuando empezó a trabajar, le juraron y firmaron un contrato en que especificaba qué siempre le iban a dar aguinaldo, que siempre iba a cobrar un sueldo interesante y que, al final de determinado número de años, lo iban a jubilar con una  pensión decorosa, y que lo jubilarán a los 30 años de servicio y llega un presidentito a proponer y ordenarles a sus esbirros del Congreso de la Unión lo que tenían qué hacer deerían de cambiar las leyes para desgraciarlos de por vida y poder jubilarse hasta los 60 0 65 años cumplidos?
 Esos miles de maestros que usted ve bloqueando las calles del Distrito Federal tienen el coraje que millones de trabajadores de otras industrias no hemos tenido el valor de hacerlo en los últimos años.
Ellos están peleando lo que les prometieron cuando firmaron, cuando comenzaron a trabajar, cuando compraron o cuando heredaron su plaza, y por lo que firmaron al inicio de su trabajo docente.
Sí, suena horrible que se compren, se vendan o se hereden plazas de maestro, como se compran, venden y heredan plazas en muchos otros ámbitos de nuestra vida nacional.
 Pero la culpa no es de los maestros, es de la gente que está arriba de ellos, del gobierno y del enano Emilio Cuayfet Chemor, quien nunca pudo doblegar a sus caprichos a Elba Esther Gordillo Morales y como ella no estuvo de acuerdo descubrieron lo que ella hacía con la complacencia del gobierno federal y todos sus secuaces.
¿Por qué, en lugar de atacar, culpar y castigar a los maestros, no atacamos, culpamos y castigamos a los responsables de esta situación, que son los diputados y senadores, que se la pasan durmiendo o no asisten a las sesiones hasta que les ordenan que asistan para levantar el dedo y recibir JUGO$A$$$$$$$$$ cantidades de dinero por su traición a sus representados?
¿Por qué, en lugar de vincular la supuesta mala educación que tenemos en México con los maestros, no la vinculamos con los funcionarios que metieron en esa trampa tanto a nuestros hijos como a estos trabajadores, que su única culpa es haber tratado de educar correctamente a  nuestros hijos? ¡¿Por qué?!
¿Quiénes son? ¿De qué partido? ¿Dónde están? ¿Cómo viven? ¿Quién les dedica una nota? ¿Quién les hace un reportaje? ¿Quién obliga a la ciudadanía a mentarles la madre en medio de un congestionamiento vial? ¡¿Quién?! La próxima vez que a usted, por ejemplo, le cambien la razón social de la empresa donde deja sus recibos de honorarios para que no pueda hacer antigüedad y para que jamás tenga derecho a nada, acuérdese de estos maestros que, a diferencia de nosotros, sí se unen y tienen los tamaños suficientes para defenderse y no dejarse mangonear.
La próxima vez que le digan, entre otras cosas, que la educación en México es mala y que es así por culpa de los maestros, pregunte en otros países qué les enseñan a sus niños y si acaso alguien se atreve a culpar a los maestros de lo que está pasando.
Esto, es un asunto de poder, de ver quién perjudica a quién mientras la ciudadanía permanece indefensa, abandonada y confundida hasta en el manejo de términos como el de la reforma educativa. ¿o no?, atrévase a defenderse como lo hacen estos trabajadores, qué si tienen educación y el valor de defender sus

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