Editorial
La renuncia de Miguel Jurado a su militancia dentro del Partido Acción Nacional abrió tremendo boquetote al partido, cuyas consecuencias a corto plazo son impredecibles.
Hay que señalar que jurado representaba, quizás la única opción de ganar la presidencia municipal de Parral con clara ventaja sobre el PRI.
Cuando todavía no se reponían del mandarriazo, los panistas sufrieron la declinación de Toño López para encabezar la candidatura a la presidencia municipal de Chihuahua, a pesar de tener amplia ventaja de aceptación en comparación con los demás pre-candidatos, particularmente con Tere Ortuño, quien se ubica en la segunda posición, pero con poca aceptación.
El asunto de Miguel Jurado se explica por la tenebra orquestada desde el Palacio de gobierno por el "Gober Duarte", quien reafirma su posición de titiritero mayor de la polaca priísta, dejando a Leonel De la Rosa como simple comparza de los procesos electorales que se avecinan.
Como Poncio Pilatos Duarte se lava las manos a cada momento con el clásico: "¡yo no fui! y "A mi que me esculquen".
El caso de Toño López tiene su explicación por el fiero golpeteo al interior del Pan, ya que los diferentes grupos de poder que existen no le permitieron margen de maniobra tratando de imponerle a los demás miembros de su gabinete, todo ello fomentado y solapado por la dirigencia estatal encabezada por Mario Vázquez.
Es temerario asegurarlo, pero por lomenos aquí en Chihuahua, se están pagando los errores de 12 años en los que el PAN tuvo el gobierno del país, y durante los cuales se cometieron lamentables actos de corrupción y mal gobierno.
Hoy que dejaron el poder, se observan desbandadas por todo el país, que como las ratas abandonan el barco cuando comienza a hundirse.
Creemos que en las elecciones de este año, el PRI va tranquilo, sin una oposición que pueda darle batalla, trátese del PAN ó del PRD como partidos mayoritarios, y con la probabilidad del carro completo.
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