Se fue Calderón, llega Peña Nieto…y nosotros seguimos aquí



Se fue Calderón y llega Peña Nieto. Calderón se va dejando tras de si una estela de crímenes y actitudes antidemocráticas que se reflejaron en autoritarismo a la hora de decidir aspectos tan importantes para la vida del país como fue la de apoyar a las victimas del delito, viudas, huérfanos y familias desfiguradas que ante una ley manipulada, no les queda otra más que seguir conservando la esperanza de justicia y castigo efectivo a la delincuencia organizada.
Peña Nieto llega con bombo y platillo luego de negociaciones y una exhaustiva tarea convencimiento de los actores políticos, por parte de sus principales operadores, para meter al aro a una parte importante de la izquierda, que esta siendo muy criticada por su actitud de sumisión y entrega, ante el proyecto de los actuales detentadores del poder, con la finalizad expresa de lograr un proceso de transición del poder terso y sobre alfombra roja.
Calderón se va y en su mirada quedó el reflejo de un dejo de tristeza y añoranza que queda al abandonar el poder, sobre todo cuando se ejerce de forma omnímoda y vertical, y repentinamente se ve solo, criticado, abandonado a su suerte, pero que suertecita, sueldo de por vida y cátedra-beca en la Universidad de Harvard. Nada.
Así la nostalgia, la tristeza y la añoranza por seis años de ejercicio de un poder desvariado, que dejo más de 60 mil muertes violentas al declarar la guerra al crimen organizado, bien se puede sobrellevar.
Amolados las victimas del delito, las viudas, los huérfanos, las familias aterrorizadas y vilipendiadas por las diferentes manifestaciones de la violencia, que sigue sembrando el terror en el país, por más que se quiera minimizar el crimen con la llegada de los nuevos tlatoanis de la nación.
Se fue, y en su despedida dejo el sello de la intolerancia al ordenar desde semanas atrás el boqueo a piedra y lodo, aunque mas bien fue a tajos de lámina y acero, las calles cercanas a la toma de posesión, en una acto fin de represión que dejo constancia de la visión antidemocrática de su gobierno.
Del tamaño del miedo y los problemas de conciencia, son las láminas de acero. Había que entregar el poder “bien” a toda costa, para no quedar mal con sus predecesores. Así podría asegurar al menos cierta consideración para no ser llamado a cuentas sobre todo por el ejercicio del poder caracterizado por la impunidad a ultranza que han dejado seis años de increíble violencia.
Calderón se va, se fue, y se retira con un sueldo envidiable de por vida por lo estratosférico, además “limpio” de culpa ante Peña Nieto y su gente, que mas que recriminarle la posibilidad de haber obstruido su triunfo electoral y su llegada a la presidencia de la República, gana perdiendo. Es decir pierde políticamente su partido (AN), pero gana en consideraciones del gobierno entrante respecto a posibles irregularidades y detalles sujetos de llamada a cuentas. 
Se ganó su pase a la tranquilidad y a la vida de ensueño: escoltas permanentes, seguridad sin cortapisa, viajes al extranjero y sueldo estratosférico de por vida, no importa que su partido quede dividido, mortalmente herido y completamente dejado a la deriva a pesar de haber estado en el poder por 12 años. Que desperdicio.
Aunque se dice que el séptimo año es el más difícil, hablando del ejercicio del poder, la despedida y la entrega de una presidencia como la de nuestro país, se extraña, es adictiva. No es fácil acostumbrarse a dejar de mandar y ejercer la voluntad desde la cúspide del poder, aunque parecería que seria darle gracias a Dios de terminar con el vapuleo.
Se va, se fue Calderón y llega Peña Nieto. Y hay cierto dejo de esperanza en la gente, especialmente entre los que menos tienen y pueden, aunque nunca lo puedan decir. 
Llega Peña Nieto, esperemos que no vaya a ser más de lo mismo, independientemente de que se hayan elevado al máximo las expectativas, luego de la firma del Pacto por México que logró conjuntar voluntades tradicionalmente adversas, y anunciar las 13 medidas y líneas de trabajo dadas a conocer por el titular de la presidencia al inicio de su mandato.
No será fácil. El tema de Educación urge ponerlo en orden y sobre todo ejercer recursos suficientes que permitan aplicar el 8 por ciento del producto interno bruto, tal como se recomienda por organizaciones internacionales, y sobre todo mantener relaciones sanas, sanas, con el SNTE. Difícil.
Bajar el costo de la energía eléctrica. Dejar de incrementar la gasolina e incluso bajarla de precio como se prometió en campaña. Pero especialmente conocer y sobre todo corroborar el nivel de aplicación de estrategias que permitan disminuir la estrujante violencia en todo el país, especialmente los niveles de impunidad y corrupción de los órganos y personas encargadas de impartir la justicia plena y de manera expedita.
Ahorita todo aparece brillante y lleno de lentejuela. Mas temprano que tarde, se deberán ver las acciones concretas en materia de seguridad, educación, economía, la relación medios gobierno, respeto irrestricto a los derechos humanos, desarrollo justo de las comunidades, abatimiento de pobreza extrema, promover realmente el empleo y la producción, junto a un programa de austeridad republicana que debería empezar con bajar sueldos de funcionarios de primero y segundo nivel. Habrá que ver.
Será posible, nos cuestionamos. Seguiremos de luna de miel, que normalmente tarda una semana. O volveremos a la triste realidad en la siguiente quincena…está por verse.

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