Caldo de Cultivo
Lic. Valentin Ramírez Llanes
El caldo de cultivo estaba listo. Necesitaba simplemente un hervor. Tenía todos los ingrediente para un moje de violencia que se reflejó el miércoles negro, adosado por la falta de gasolina, los graves problemas en el transporte público, la toma de pipas de combustible ante la desesperación por la escases -no se sabe si premeditada o real- del desabasto de combustible, las broncas de los maestros y la SEP a nivel nacional que se ha reflejado en la entidad aunque en menor grado, pero ahi está, los resultados de la elección y la impugnación anunciada por el PRI, la denuncia ante la PGR por corrupción contra César Duarte, y claro, la bronca irreconciliable que se traen tanto el gobernador actual como el gobernador electo, que puede desembocar en un problema más grave que el que se dio en palacio de gobierno, si se tuercen los caminos de la elección. Entones si, el caldo de cultivo se va a aderesar con platillo fuerte para escoger y postre de refilón.
Sume usted la protesta de médicos yosoy17 en esta ciudad y en la frontera de Ciudad Juárez, en portesta por la Reforma de Salud que les afectará notablemente en sus salario y atiguedad, además las protestas de maestros de secnciadria y primaria tanto aquí como en Juárez, en protesta por la Reforma y contra la masacre de Nochixtlán, Oaxaca, incluyendo maestros del Ressite, ademásnde la toma del puente internacional e Zaragoza por parte de los loteros vende carros chocolates usados en ciudad Juárez. Y como corolario, una manifestación que no obedecia a una estrategia adecuada, ni al momento oportuno en palacio de gobierno, porque Corral ya tenía ganada la elección, la impugnación está interpuesta, en proceso de revisión, y el dictamen aún está en espera. Se adelantaron sin duda, pero el caldo de cultivo estan a punto de hervor motivado por el hartazgo en todos lados.
Se imagina si las autoridades de Tribunal Estatal Electoral (TEE) dictaminan que se anula el proceso electoral, derivado de la impugnación por supuestas irregularidales en el proceso electoral. Ahí no se necesitaria ni siquiera convocar como lo hizo Unión Ciudadana para protestar -a priori- sobre la impugnación del PRI, en el caso del triunfo del candidato del PAN, en manifestación que desembocó en violencia al grado sumo que se salió el control de los convocantes, derivada de supuestos infiltrados expertos en provocar el caos, que todo mundo menciona, pero nadie sabe donde están y nadie conoce.
El entremes de la entrega recepción -si no procede la impugunación, que pudiera desvirtuar una ventaja de mas de 100 votos- es un moje de cultivo que puede desencadenar la violencia, si no se maneja honesta e institucionalmente como se supone que debe suceder, tanto lo primero, la impugnación, como lo segundo, el proceso de entrega recepción, como parte del cambio institucional. Y sobre todo si los principales protagonistas de este cambio, gobernador saliente y gobernador entrante, no asumen posiciones conducentes y hasta cierta forma tolerantes, que propicien la sustitución, y después que pase lo que tenga que pasar: es decir si hay denuncias que procedan judicialmente, fuera del encono y el odio personal que cada quien se provea, en aras de superar y poner adelante los intereses de las mayorías, como suele suceder en todas las democracias, y la de Chihuahua, no debe ser la excepción.
El caldo de cultivo tiene sus linderos de peligrosidad, y se ha dado desde que llovieron criticas con odio jarocho del uno sobre el otro. Unas sustentadas sobre denuncias concretas de creciente endeudamiento y presunto enriquecimiento ilicito, abuso desmedido del poder, pero también de involucramiento de familias y grupos afines en actos relacionados con el crimen organizado, incluso defectos de personalidades pervertidas, hasta acusasiones de promover y organizar la manifestación ya tristemente celebre del palacio.
No es que estemos deseando y tratando de enviar malas vibras como presagio al estilo del Oráculo de Defos en la mitología Griega, sobre este asunto. Simplemente recreamos la situación en la que están inmiscuidos de manera directa los dos gobernadores que en este momento tiene el estado de Chihuahua, que deberían -en el deber ser abstracto- asumir una actitud de acuerdo abierto y civilizado que avance de manera institucional, dejando de lado odios y rencores, tal vez muy justificados, en una relación donde vista de todos lados, debe predominar el valor supremo, en este proceso, que es el bienestar de la sociedad chihuahuense en su conuunto.
Y no se habla de memoria. Primero porque ni por error pasaba por la mente del actual gobernador en fuinciones que se dieran la situación de que la principal disidencia de su gobierno y su partido, lograran llegar hasta las puertas de gobierno como mandatario electo con tanta ventaja y menos con la amplitud y facilidad númerica y en cantidad de triunfos como se dio. Tampoco en la mente del segundo, aunque siempre se dijera muy convencido que iba adelante en la elección.
El encono, el odio, las rencillas añejas, la abominación, son factores que alejan e impulsan a lanzar adjetivos que lastiman tan profundamente que conectan el pensamiento a la palabra y este a la acción, al emitir juicios y utilizar adjetivos lastimosos acompañados de hechos que buscan afectar no a uno, sino a los dos contendientes, y a los que los rodean, y mas aún a los que deberían ser y de hecho son, los usufructuarios de la administración del poder, la gente.
La guerra de declaraciones que en algunos casos dan sentido a la naturaleza del tipo de lenguaje utilizado, pasan de ser simples afirmaciones que se emiten, hasta declaraciones fuertes que muchas de las veces se concretizan y se plantan de manera firme y contundente en acciones concretas, que llegan a lastimar profundamente, no solo a los involucrados en el tema de la antipatía, animadversión o aborrecimiento mutuo, que afecta a todo lo que les rodea, creando grupos sectarios, fanáticos, intransigentes -al fin partidos políticos- cerrados a la posibilidad mutua de entender al otro, lo que desemboca en algunos casos en el uso de la mentira, la trampa, el ardid, el engaño por sistema contra el otro, a sabiendas de que no se tiene la razón ni se acerca a la verdad, a veces dogma puro, en aras de que todo quede mal para el uno, y nada vaya bien para el otro, simplemente defender dogmaticamente un partido político, y ya.
El caldo de cultivo ahí está y la violencia emerge derivada de multiples situaciones que achican la perspectica de una vida equilibrada de la gente, que acerque a la sana convivencia y a la felicidad deseada, que al final es la que importa, donde cada quien tenga lo que se merece, según su esfuerzo y su condición en el estatus social.
Claro que hay declaraciones y acusaciones que pueden tener sustento, pero eso se debe dejar al tiempo, para que sean las propias autoridades las que dictaminen sobre las acusaciones tanto de función pública como de intervención en actos masivos violentos como el de Unión Ciudadana, que afortunadamente no han desembocada en tragedia, y que se ha comporbado que hubo infiltrados que generaron la violencia, pero que puede tener un final no muy feliz para los involucrados en el encono, si la ira sigue.
En fin, el caldo de cultivo expresado en el abuso indiscriminado del poder, abuso escandaloso en la función pública y el uso de declaraciones con fondo eminentemente personal con sustento partidista no llevan a nada en firme, salvo que de alguna manera se pueda lograr llegar a la absolución y el indulto de ida y vuelta, como forma de ser ejercer la condición plena de ser humanos. Dejar el odio y el encono…pero. "Con la madera torcida de que está hecho el Hombre, dificilmente se puede conseguir nada completamente derecho". (Kant). Hay de caldos a caldos.
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