La mentira dura, mientras la verdad llega
Francisco Santana / Las declaraciones del Papa, proporcionadas a la prensa internacional que lo acompaña y dentro del avión que lo transportaba a Roma,calaron fuerte dentro del sector político estatal y nacional.
Decir que la imagen de paz y tranquilidad que se vio en Juárez durante su visita fue producto de una negociación entre los cárteles de la droga, quienes acordaron una tregua de 12 horas a través de un pacto,fue un mazazo en la cabeza del gobernador César Duarte más fuerte que el que les dan a las reses en el matadero.
Antes, durante y después de la visita del papa,César Duarte ha centrado su discurso en jactarse que la paz que se vive en Chihuahua( ? ) ha sido producto de la manera en que su gobierno ha combatido al crimen organizado gracias a la excelente coordinación entre todas las fuerzas de seguridad.
Minimizar lo que sigue ocurriendo en varias partes del Estado y particularmente en la sierra, es un autoengaño que contrasta con la opinión generalizada en la población de que eso no es cierto. La paz que se dice existe. se pone en duda con la declaración del pontífice.
Pudiera pensarse que el séquito de funcionarios aduladores que acompañan al gobernador lo tiene mal informado, pero resulta impensable, dada su manera de ser como impecable controlador de todos los hilos que se mueven en el estado.
Durante mucho tiempo, y hasta el gobierno de Felipe Calderón, las actividades del narcotráfico estaban controladas por acuerdos, y no es que no existieran.Esos acuerdos se lograban con la repartición de territorios que le correspondían a cada uno de los cárteles.
Cuando Felipe Calderón emprende su nefasta cruzada contra el crimen organizado y saca al ejército a las calles, la delincuencia se sale de control y responde violentamente ocasionando miles de muertes por todo el país, incluso, el mismo Vicente Fox criticaba a su sucesor de no haber sabido negociar con los capos y esas eran las consecuencias, no lo decía, pero tácitamente estaba reconociendo haberlo hecho en su gobierno.
Si hiciéramos un balance del gobierno Duartista, tendríamos que aceptar que la balanza se inclina hacia el lado positivo, pero en un margen muy pequeño y no de perfección como se quiere representar, gracias a la difusión de la obra pública que se hace en casi todos los medios controlados con jugosos contratos de publicidad que todo lo magnifican y lo alaban.
Hay avances en educación, en salud, en comunicaciones, etc, no podemos negarlo, pero en todos ellos existe la sospecha de corrupción en buena medida.
A reserva de conocer quien sustituya al gobernador César Duarte,veremos el balance que se haga de su administración a través de auditorías sobre el gasto y la deuda, y veremos si hay voluntad política para revisarlo a fondo, o simplemente se palomea afirmando que:" Aquí no pasa
nada", aunque varias generaciones queden hipotecadas por un futuro muy laaaargo.
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