Municipios pedigüeños

Gerardo Cortinas Murra / El pasado cónclave anual de la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm) evidenció la añeja dependencia político-económica de los 2,445 municipios que existen en el país. Las notas periodísticas hablan por sí mismas: ''Demandan alcaldes más recursos a la Federación'', ''Solicitamos el mando de la policía coordinada y una pluralidad en la repartición del Subsemun'', ''Entregaremos a Peña Nieto los acuerdos...''.

En teoría, el objetivo de la Conamm es lograr constituirse en la organización que represente a los gobiernos municipales “con el propósito de impulsar una agenda nacional para el fortalecimiento de la vida municipal y de lograr el mejoramiento de la calidad de vida en las ciudades y en las comunidades locales”. Políticamente, se ha consolidado como el interlocutor oficial de los municipios ante los distintos órdenes de gobierno y poderes públicos del Estado mexicano.

La Conamm (una especie de Conago municipal), al igual que la Federación Nacional de Municipios (Fenamn), busca “impulsar una reforma integral del Estado mexicano que modernice nuestro federalismo y clarifique las responsabilidades que corresponden a los tres órdenes de gobierno, que permita terminar con la excesiva concentración de los recursos fiscales en manos del Gobierno federal”.

Sin embargo, la realidad es otra: las peticiones de la ‘Conago Municipal’ se limitan tan sólo a mendigar recursos a la Federación para que los Municipios puedan cumplir sus atribuciones en cuestiones de seguridad pública. Y en lo que respecta a la defensa de la autonomía política municipal, tan sólo emiten exhortos anuales dizque para ‘modernizar’ el federalismo y erradicar la excesiva concentración de recursos por parte de la Federación.

Mientras tanto, una vez concluida la veda electoral, se restablece la cotidiana actividad municipal: el alud de solicitudes de apoyo para iniciar o extender programas federales, canalizar más recursos para obras e inclusive adelantar participaciones a los municipios. En la SHCP, “acuden con un Luis Videgaray agobiado porque gobernadores y alcaldes tratan de saltarse trámites e instancias ante la falta de dinero”.

Y en la SCT, a Gerardo Ruiz Esparza le llueven “los reclamos para la terminación de obras retrasadas o de plano paralizadas”. Y no se diga al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le piden intervenir “para atender problemas urgentes, desde daños por fenómenos naturales hasta retenciones indebidas de gobiernos estatales”.

Y pare usted de contar….Por otra parte, debe reconocerse la que pudiera ser la mayor deficiencia recaudatoria de la inmensa mayoría de los municipios: el rezago histórico del cobro del principal ingreso de los municipios: el impuesto Predial; cuyas causas son diferentes, ya sea en los municipios rurales y serranos, al de las grandes manchas urbanas. Por ello, no deja de ser preocupante la práctica, por demás irresponsable, de los propios gobiernos municipales afectados de incrementar su planta laboral sin tomar en cuenta lo frágil de sus finanzas; convirtiendo así, a los munícipes en serviles pedigüeños de apoyos federales y estatales.

Por lo anterior, resalta la urgencia de implementar nuevas políticas financieras en el seno de las administraciones municipales, con el propósito de erradicar las añejas prácticas paternalistas que inhiben la autonomía presupuestal de los gobiernos municipales. Ya basta de proponer soluciones fiscales tipo ‘aspirina’, que sólo sirven para aliviar por un tiempo el crónico ‘dolor financiero’ que padecen los municipios del país.

En este contexto, el mensaje de Peña Nieto a los munícipes de todo el país, y en especial a los que suspiran y aspiran a un cargo de elección popular, es claro y contundente: “Les pido que no se distraigan porque el legado más importante… el legado más importante que ustedes pueden hacer, y es la misma mística que priva en el Gobierno de la República, es cumplir con lo que se ha comprometido. El espacio de servicio municipal, y cualquier otro, en cualquier otro orden, no son peldaños para escalar en trayectorias personales, son espacios de privilegio para servir a la sociedad que nos ha depositado su confianza”.

En efecto, el cáncer que tiene postrados a los ‘gobiernos autónomos’ municipales en México es, sin duda alguna, el compadrazgo político -y del cual el propio Peña Nieto ha sido beneficiario-, ya que garantiza que los incondicionales del gobernante en turno accedan a los cargos de elección popular. Creando una especie de ‘casta de grupos’ que se perpetúa gracias a otra infame praxis política: el ‘chapulinazgo’ electoral.

Y lo que es peor, el poder político de los presidentes municipales también se ve cooptado por los grupos financieros a través de aportaciones económicas para sus campañas electorales, a cambio de jugosos contratos de obra pública y/o prestación de servicios. Así las cosas, las reuniones anuales de los ediles mexicanos no es más que un evento de adulación y de sumisión política.

Luego, en tanto no se concreticen políticas públicas mediante las cuales se implemente la incorporación de diseños institucionales de globalización política, entre ellas, la fusión de municipios, los miles de ediles mexicanos seguirán, de manera por demás vergonzosa, tocando las puertas de los Secretarios de Estado para implorar míseros apoyos económicos que les permitan, en parte, cumplir con sus hipócritas promesas de campaña.