El Dunas Show y la Justicia


Lic. Valentin Ramírez Llanes/ Hay algo de diferencia. El problema es el enfoque que se le dio primero al caso del Aeroshow, de alargar procesos para utilizarlos después como parte de un juego político, y ahora pretender que nada tiene que ver el municipio de Juárez, ni su coordinador de Protección Civil, menos el alcalde juarense, en el fatal accidente donde, a vistas, es clara la omisión de responsabilidades en materia de seguridad para contingentes en actos públicos.

Es cuestión de enfoques, si se trata de ser justos, no de echarle leña a nadie, porque ahora pretenden hacer saber a la opinión pública que el municipio de Juárez nada tiene que ver en un evento organizado por particulares, incluso se llegó a decir que era clandestino, lo que cayó por la borda luego de que los medios han evidenciado hasta el cansancio que hay un documento de por medio firmado y sellado por el responsable de Protección Civil del municipio aludido.

Lo que sorprende de singular manera, es que luego de que firman un documento de aprobación del evento, según esto, condicionado a cumplir con todos los requisitos que se exigen para este tipo de exhibiciones públicas y multitudinarias, no se hizo absolutamente nada para corroborar que así haya sucedido, y peor aún, no se tomaron ni siquiera la molestia de asistir a supervisar antes el inicio del evento, lo cual es imperdonable, porque a todas luces cometen un grave pecado de omisión, que los involucra directamente en la responsabilidad de los acontecimientos donde dos personas fallecieron.

Y la responsabilidad, aunque muchos no quieran, alcanza hasta la Unidad Estatal de Protección civil, que de acuerdo con la nueva Ley de Protección Civil del Estado de Chihuahua, recién aprobada, establece un Sistema Estatal de Protección Civil, donde las Unidades Estatal y Municipales de Protección Civil en la entidad, son las encargadas de que en escenarios donde se involucren mas de mil personas, se tengan la condiciones adecuadas para la eliminación de riesgos de accidentes, y fallaron en revisión y supervisión a tanto del plan de contingencia previo al evento, como durante el desarrollo.

Con esto, tanto la Unidad de Protección Civil Estatal como la del municipio de Juárez tocaron fondo, son responsables en un acto de omisión, entendido como un acto de abstención de actuar, que implica negligencia y descuido para realizar una obligación, que puede desembocar en un delito. Y por lo que se evidencia, la falta de supervisión y cumplimiento estricto de sus obligaciones fue la tónica, por lo que por mas que se quieran safar de una responsabilidad que legalmente les atañe, las evidencias los exhiben.

Y con esto se llevan por delante al municipio, donde el máximo representante es el alcalde de la ciudad, que al igual que en el asunto del Aeroshow, tiene responsabilidad en el accidente que, si quisiéramos ser justos, por comparación, debería ser revisado con lupa tanto por la fiscalía como el congreso en pleno y aplicar el rasero de la justicia parejo. O no?

En el caso del Aeroshow, el alcalde alcanza responsabilidad porque debería de haber estado perfectamente enterado por parte de los encargados de Protección Civil municipal, de todos los pormenores que implica organizar un evento masivo al aire libre como el que desafortunadamente se dio el octubre hace un año.

En este caso del Dunas Show de Samalayuca, la situación es similar, independientemente de que según se trata de justificar, lo hayan organizado particulares, Protección Civil del Municipio debería haber revisado de manera exhaustiva el cumplimiento estricto de los requisitos y condiciones para realizar un evesto de tal naturaleza, donde se sabia que asistirían más de dos mil gentes, entre adultos, mujeres y niños, y se omitió la supervisión, incluso el plan de contingencia, que de pasada le pega duro al alcalde, por mas que se quiera safar de responsabilidad.

Es increíble que no hubieran ni siquiera hubieran previsto una supervisión básica, sobre la necesidad de tener una ambulancia para casos de emergencia, como sucedió en Samalayuca. El video no deja dudas de lo que ocurrió, la improvisación desmedida fue notoria, la participación de todo mundo dando ordenes y gritando producto de la imprevisión, que originó que a la víctima se la llevaron en la parte trasera de una troca gravemente herida, cuando eran importantes los primeros auxilios, y sobre todo una unidad móvil equipada que tuvieran condiciones para un tratamiento preventivo adecuado de una persona gravemente herida.

Todo esto es responsabilidad desde luego de los organizadores, pero también del municipio, e incluso de la Unidad de Protección Civil del Estado, al menos así se especifica en la nueva ley en los artículos 5, 35 y 74, en sus respectivos apartados y numerales, donde está clara la obligación de atender puntualmente y de manera responsable eventos donde donde se vayan a dar cita mas de mil gentes, mas aún si es al aire libre, lo que presupone la obligación de presentar un plan de contingencia preciso, que pudiera evitar riesgos y consecuencias fatales, como los que se dieron en Samalayuca.

Así que la responsabilidad es muy clara, autoridades del municipio cargan al final del día con esa responsabilidad, y claro, los organizadores que no cumplieron ni con el plan de contingencia, menos con garantías de seguridad concretas en el lugar de los hechos.

A fuerza de querer ser justos, y aunque pudieran ser diferentes, justo es que se le dé el mismo tratamiento al caso Dunas Show que al Aero Show. Bueno, mejor, porque en el aeroshow todavía están pendientes las indemnizaciones de las víctimas por interpretaciones y artilugios de ley, donde por lo que se ve, dos protagonistas principales de estos sucesos, ven como sus aspiraciones de llegar a la gubernatura se van por la borda.

Esto, si nos atenemos a la aludida frase de que la justicia es ciega. Suelo Parejo.

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