Editorial

Al arribar al 4º año de su mandato, el Gobernador del Estado César H. Duarte Jáquez enfrenta un reto de enormes proporciones por lo que se puede observar.

El balance a 3 años de su gobierno presenta fisuras palpables, con su estilo personal de gobernar, marcadamente autoritario y cerrado al interior de su administración, es notorio que se encuentre insatisfecho con el trabajo realizado por algunos de sus colaboradores de 1ero. y 2º nivel, por lo que ya empezó la cuchilla a cercenar cabezas.
La apreciación de una parte importante de la Ciudadanía no es favorable para su gobierno y de ahí las rechiflas en el grito de Independencia, en la inauguración del FICH y en otros eventos.
Esto se explica con las medidas exageradamente herméticas que se implementaron durante su 3er. informe de gobierno, tanto en la entrega al congreso como en el mensaje en el Teatro de los Héroes, donde se pudo observar el divorcio que se tiene con sectores de la sociedad civil como los grupos empresariales, entre otros cuyos líderes no se les permitió entrar.
Es importante señalar que el Gobernador del Estado ha llegado a la cúspide del poder durante su mandato, y, que de aquí en adelante irá de picada, con el agravante de que ya empezaron a moverse los grupos políticos con aspiraciones a sucederlo en el trono.
se esperan tiempos difíciles sin duda alguna.