Gobierno de Chihuahua: inútil y represor



Ernesto Avilés Mercado

Nuevamente se evidencia la falta de sensibilidad de un gobierno incapaz de entender la dinámica social, más allá de visualizar los objetivos personales de Javier Corral. Por un lado, el total ayuno de obra pública, el contubernio demostrado de las fuerzas de seguridad estatales con los grupos criminales que mantienen en jaque las principales ciudades del Estado, mientras que, en contraste, con grupos sociales desarmados que viven alrededor de la caseta de Sacramento y pretenden hacer valer un derecho, arremeten contra ellos, los golpean, sobajan y los detienen, obedeciendo las ordenes del mandatario represor.

Pero no contentos con ordenar la presencia de las fuerzas estatales involucran a la policía preventiva que encabeza María Eugenia Campos Galván, quien también ordena sumar la fuerza de sus policías para arremeter en contra de la ciudadanía, en una acción que seguro tendrá repercusión directa en su intención de suceder a Javier Corral en la gubernatura.

La salida del abogado Cesar Jáuregui Robles de la estructura institucional del gobierno, pero sobreviviendo como asesor, mientras que atiende sus asuntos jurídicos en el despacho de la ciudad de México, es otra muestra del anarquismo que prevalece en el Gobierno del Estado.

El interés de Javier Corral al invitar a su compañero de partido, fue con la intención  de que le sirviera de enlace y mensajero para el Poder Judicial Federal, en virtud de haber cobrado por largo tiempo como consejero de la judicatura; muchos jueces y hoy magistrados consideran que le deben mucho por sus comentarios y buenas artes para que quedaran en los cargos que aspiraban, y eso sirvió mucho para que al pedir favores lo atendieran, pero al convertirse en una dinámica permanente, dejaron de contestarle las llamadas, sobre todo por las expresiones y señalamientos de corrupción que emitía Javier Corral cuando los resultados de algún juicio no le resultaban favorables; caso contrario cuando los acuerdos emitidos por los tribunales federales le favorecían a sus pretensiones.

Javier Corral no solo es incapaz de gobernar a una entidad, sino que además entrega al Estado en manos de la delincuencia, no atiende las demandas de los grupos sociales; se encierra en su despacho para no escuchar las exigencias que se le presentan frente a las oficinas de Gobierno; pretende ser recordado como el Gobernador que más le interesan las mujeres y los niños, cuando con las principales victimas de su desorden institucional.

En lo personal, al principio de su gobierno, me parecía una persona bien intencionada, pero su sed de poder le nubla la razón y lo hace mantener una postura de que todos quienes no concuerdan con su opinión están equivocados; es fácil de manipular por quienes lo rodean, particularmente del Fiscal Peniche y el Comisionado Aparicio; lo mantienen con el oído cerrado y la vista nublada, no acepta otras versiones mas las que le presentan estos personajes.

Su frivolidad no tiene limites; el compromiso social se termina a las 15:00 horas y las vacaciones son sagradas; se comprometió en un principio a no utilizar los aviones de Gobierno, pero ha sumado casi las mismas horas de vuelo que su antecesor Cesar Duarte.

Su relación con el presidente Andrés Manuel esta muerta, porque el sabe que estiró la liga de mas, pensó equivocadamente que manejarse como orador de plazuela tendría el mismo efecto que con Peña Nieto, pero se olvidó que el ex priista esta haciendo campaña desde hace más de 25 años y que es mago en el arte de disfrazar posturas y que los circos de 3 o mas pistas, a diferencia de él, las maneja a plenitud.

Dios perdona, el tiempo no y Javier Corral es cada día menos gobernador, con menos gente afín, con mucho menos credibilidad y una falta total de certidumbre y confianza social.

A diferencia de las personas que se sumaron a su candidatura, Javier Corral siempre ha vivido de la gran ubre del Gobierno; su trabajo ha sido de político, pero entendiendo la política como la forma de decir lo que se quiere sin mas responsabilidad que su conciencia, mientras que sus amigos y compadres, son empresarios que todo lo ven desde la óptica del resultado oneroso para si mismos, por eso no dieron resultado en sus encargos como funcionarios públicos, porque no tienen vocación de servicio, ni mucho menos vocación social.

El repudio social es más que evidente, su carisma se cayó por el desagüe, su credibilidad rodó por las escaleras de palacio y su tiempo, de manera inexorable esta terminando y con ello, la esperanza de despertar de la pesadilla en que su gobierno nos metió a los Chihuahuenses… netoaviles@gmail.com

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