La paradoja que se cierne

Oder Yemal Santana / Terribles días estamos viviendo ¡Una paradoja! dirán algunos en un afán literario. Una tragedia, una crisis ideológica que presagia una época oscura, digo yo. Ahora la derecha se viste de izquierda, la izquierda se asemeja a la derecha; el fascismo vuelve con gran fuerza.

Ya no hay esperanza sólo opciones, ahora se plantea elevar al gobierno al menos malo, al menos dañino y no al mejor. Hoy debemos incluso esperar que en la casa del vecino, la mujer barra la casa y tome el control que los hombres pervirtieron y donde un nuevo machista con esvástica amenaza con llevar a extremos insospechados su bizarra hombría. Ahora muchos se dirán feministas pero por razones incorrectas.

La ciudadanía, la sociedad civil verdadera se repliega para dejar protagonismo a vociferantes, a hombres y mujeres con garrote pero sin propuesta, que ofrecen vivir con el cuchillo entre loa dientes y detestan y critican sin piedad a quienes no piensan como ellos, a quienes se niegan a tomar el cuchillo como ellos, el de doble filo, el que al rebanar divide y corrompe.  Hoy con pesar vemos como la política nos ha engañado como a niños, nos regalo un juguete bélico llamado candidaturas independientes para suicidarnos con el, para abrirle la puerta trasera a los mismos de siempre, pero ahora legitimados por nosotros.  Hoy no sólo es ciego al que se le niega la luz sino el que se aferra al falso brillo del caudillo, no sólo es necio el que se aferra al pasado sino el que pretende que sólo su ruta al futuro es la correcta. Paradoja, continuum, pseudo evolución, vuelta al pasado o como se le llame, yo lo llamo simplemente tragedia.