De las reminiscencias de la visita papal y su legado para México desde Chihuahua

ERNESTO AVILÉS MERCADO / Después de la providencial visita del papa Francisco a tierras Chihuahuenses, la cual permitió entender que la fe y esperanza por una vida mejor para todos, no depende en exclusiva del trabajo y responsabilidad de los que menos tienen, sino también de la solidaridad y responsabilidad social de los empresarios, que como nuevos esclavistas, en su afán de ganar dinero, han propiciado la falta de convivencia familiar, que era una de las características más importantes de nuestra sociedad, y que, sin duda, se ha constituido hoy, como el principal proveedor para la delincuencia.

El no ofrecer salarios dignos y suficientes, implantar jornadas laborales inhumanas, con más de 12 horas diarias de trabajo, contando desde la salida de sus hogares, transportación y regreso, que separan cada vez más a las familias, y hace más grande la brecha entre los que poco o nada tienen y los que se han apoderado de todo.

Este mensaje papal, a una sociedad mexicana evidentemente católica en su mayoría, fue directo a las conciencias de las personas que lo escuchamos, fue también un mensaje para tenerlo siempre presente, e interpretar, - no justificar- el papel que están jugando los factores de la producción, pero también, fue una llamado claro a quienes temporalmente se encuentran al frente de las instituciones del país, porque si bien los nuevos esclavistas pueden ser los empresarios voraces, también los gobernantes son responsables, por no defender el poder adquisitivo de los salarios, por no ponerse al lado de los trabajadores y sobre todo, por mantener una complicidad permanente con los que cuentan con el poder económico, olvidando por completo, que quienes los mantienen a los dos, somos el resto de la población.

El comentario se presenta, por la participación de los empresarios en la vida política en su calidad de independientes, que buscan acceder al Poder Político y que los ciudadanos esperamos conocer más de sus proyectos y compromisos.

Tenemos, por ejemplo, en la persona del alcalde de Chihuahua Eugenio Baeza, a un empresario que llegó a la Presidencia para poner orden y arreglar el cochinero que dejó el ingeniero Javier Garfio; su participación ha sido muy buena, porque recortó personal que no se justificaba, redujo los gastos innecesarios y está canalizando la mayor parte de los recursos para hacer más eficientes los servicios que presta el Municipio; no quiere decir que el ingeniero Garfio fue un inútil en la alcaldía, no, su formación profesional se demostró con las obras de infraestructura vial que construyo, y aunque costó tres veces más de lo que se había dicho, las obras las usamos todos y son muy necesarias.

El pleito de comadres que traen Javier Mesta y Luis Enrique Terrazas, buscando que se unan en una sola candidatura, lo único que están evidenciando es su propia incapacidad para alcanzar acuerdos; para los dos está muy claro que separados, se dividirán los pocos votos que puedan alcanzar y solamente le quitarán a Maru Campos los sufragios que necesita para meterle ruido a la candidatura de la señora Lucia Chavira de Quezada, que hoy por hoy, es la pre candidata, con más posibilidades de alcanzar la alcaldía.

Lo que es cierto, es que las candidaturas independientes vienen a oxigenar un ambiente político que se pensaba era exclusivo de los partidos, ojalá y los candidatos Broncos, puedan estar a la altura de las expectativas que se plantearon y sobre todo, que se constituyan en verdaderas opciones para la ciudadanía que cada día confiamos menos en los políticos y sus partidos.