Peña Nieto, demacrado y sumamente delgado
Sonriente, pero pálido y demacrado, el mandatario llegó a la ceremonia inaugural en pleno Valle de Juarez, para saludar a todos los invitados que le tendían la mano.
Extremadamente delgado, con ojos vidriosos y patas de gallo que se acentuaban sobre su cara al momento de sonreír al público, Peña Nieto muestra un semblante de agotamiento extremo.
-¡Ayyy guey; Está bien flaco!- exclamaron algunos al compararlo con el rostro redondo y chapeteado del Gobernador Cesar Duarte.
Peña Nieto permaneció una media hora en el evento y luego se despidió de los dignatarios de Estados Unidos en la ceremonia.
A bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea regreso a la sede del gobierno estatal en Ciudad Juarez.
Cientos de soldados y policías federales blindaban el acto protocolario en un kilómetro a la redonda.
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