El ejido Benito Juárez: Iguala puede repetirse
Lic. Victor Quintana S
Así como llaman a la magistral obra “Pueblo en Vilo”, de Don Luis González y González “La historia universal de San José de Gracia”, por reflejar en la microhistoria, la macrohistoria; así en el ejido Benito Juárez, municipio de Buenaventura, se condensa localmente la trágedia nacional.
Historia corta en años y larga en luchas la de Benito Juárez. A punta de lucha agraria nacieron, primero el ejido, y luego el centro de población en 1961, lograron la construcción de la presa Las Lajas y la dotación de agua para todos. Luchando siempre, obtuvieron también primeros lugares nacionales en producción agrícola.
Los indomables ejidatarios y ejidatarios se han mantenido en pie de guerra contra las políticas de ajuste estructural en la agricultura. Fueron de los fundadores del movimiento de deudores de la banca a nivel nacional, y sólida base social de El Barzón. Varias veces han tomado los puentes internacionales para protestar contra el TLCAN; en 1999 encabezaron una cabalgata de 55 días desde Ciudad Juárez hasta el Distrito Federal demandando la reactivación del campo y en 2008 recorrieron en tractor esos mismos dos mil kilómetros para exigir la renegociación del TLCAN en agricultura. Y no cejan en su lucha contra las altas tarifas para riego agrícola de la CFE.
Al convertirse en pistones fundamentales del capitalismo neoliberal la globalización del crimen organizado y la acumulación por despojo de los recursos naturales, el Ejido se viene enfrentando a nuevas amenazas:
Desde Calderón lanzó el “Operativo Conjunto Chihuahua” en 2008, el ejido fue invadido por narcos y sicarios. Su posición estratégica, en una carretera paralela a la Panamericana, en los puntos de partida de las brechas clandestinas que se internan a Nuevo México y Texas lo tornan un espacio ideal para la recepción de la droga de la sierra y el reenvío a los Estados Unidos. Además del narcotráfico, el grupo criminal que es dirigido desde la cercana Villa Ahumada se dedica al manejo de prostíbulos y a la venta clandestina de alcohol y drogas.
En el contexto de esta guerra, cerca del Ejido se ejecutó a tres agentes federales investigadores, en noviembre de 2009. La noche del 29 de diciembre de ese año, elementos del Ejército Mexicano detuvieron sin orden judicial alguna, a tres jóvenes: Nitza Paola Alvarado Espinoza, de 31 años, a su primo José Ángel Alvarado Herrera, de 30 años y a la prima de ambos, Rocío Irene Alvarado Reyes, de 18. Permanecen desaparecidos desde entonces, y nadie del Ejército ha sido castigado por ese delito. Más aún, la CIDH ha tenido que decretar medidas cautelares para los defensores de los derechos de estas familias.
El despojo de los recursos naturales es la siguiente agresión al ejido. Acaudalados colonos menonitas empezaron a perforar y extraer ilegalmente el agua de la cuenca del río del Carmen, disminuyendo drásticamente el volumen para riego de varios ejidos. Los barzonistas de Benito Juárez respondieron bloqueando las vías del ferrocarril en junio de 2012 exigiendo a Conagua y a Gobierno del Estado la clausura de pozos y la destrucción de represas ilegales. Hasta ahora las autoridades no han detenido las perforaciones ni los aprovechamientos ilegales ni han castigado a los responsables.
Desde 2012, la minera canadiense Mag Silver, comenzó a realizar perforaciones exploratorias en territorio ejidal. El proyecto “cinco de mayo”, informa la minera a sus accionistas, es rico en plata, zinc, y molibdeno de alta calidad. Por eso empezó a repartir dinero para dividir a los ejidatarios y lograr la aceptación de la mina en el ejido. Esto propició que el 13 de octubre de 2012 se agrediera a golpes al dirigente barzonista local, Ismael Solorio y a su hijo. El Gobierno del Estado no reaccionó ante la agresión e incluso propició un linchamiento mediático contra El Barzón que culminó el 22 de de octubre ese año cuando Ismael fue asesinado en compañía de su esposa, Manuelita Solís. El doble homicidio fue un acicate para que la asamblea ejidal rechazara por abrumadora mayoría a la minera y exigiera su salida del Ejido. Sin embargo, Mag Silver sigue maniobrando y ya obtuvo el apoyo del presidente municipal de Buenaventura. El doble crimen sigue impune.
Precisamente para exigir justicia y la salida de la minera, los barzonistas y otras organizaciones solidarias realizaron dos importantes actos en el segundo aniversario de la muerte de Ismael y Manuelita: un mitin en el Ejido el 22 de octubre y una marcha protesta frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua el 23. En el marco de ésta, dos jóvenes, entre ellos uno de los hijos de Ismael, fueron golpeados y gaseados por la policía, indignando al contingente que tuvo que irrumpir al Palacio para rescatarlos.
Ahí no pararon los ataques: el día 24 por la madrugada, desconocidos derrumbaron el monumento memorial a Ismael y Manuelita frente a la plaza del Ejido. Los y las barzonistas reaccionaron ante la provocación-amenaza demando protección al gobierno, que a cuentagotas envió más policía y luego al Ejército. Pero esto desató la ira de los sicarios que han amenazado de muerte al líder barzonista Martín Solís, alma y cerebro de todas estas luchas.
El Gobierno del Estado, hasta ahora no ha brindado ninguna protección a Martín, como tampoco ha hecho nada por terminar con la impunidad de los menonitas invasores, ni de la minera, ni del contingente de sicarios presentes en el ejido.
Pero las y los ejidatarios de Benito Juárez no van a arriar sus banderas. De seguir la impunidad, de continuar las agresiones y el linchamiento mediático, de resultar tan siquiera herido otro más de ellos, van a tener que suplir la falla y el vacío del Estado armándose y constituyéndose en autodefensas, No tendrán las armas que tienen los criminales, pero valor y entrega les sobra, así lo han demostrado en su corta pero intensa historia.
Con este Estado en descomposición, hoy es Iguala, esperemos que mañana no sea el ejido Benito Juárez.
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