DE LA PERCEPCIÓN CIUDADANA Y EL COMPROMISO POR GOBERNAR CON TRANSPARENCIA Y EFECTIVIDAD
La gran noticia que parece perderse entre el mar dede información con la que diariamente nos amanecemos, es la relacionada con la percepción ciudadana sobre la seguridad pública, que aumentó exponencialmente en los últimos seis meses, según arroja como resultado, un trabajo de investigación llevado a cabo por los alumnos de la escuela de negocios y Humanidades del Tecnológico de Monterrey campus Chihuahua.
En forma recurrente, la autoridad federal daba a conocer las cifras sobre la reducción del número de delitos que se registraban, particularmente en Entidades como Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, y Chihuahua, que contrastaban radicalmente con los porcentajes de la percepción ciudadana; es decir, que mientras el Gobierno de la República presentaba sus números y estadísticas, lo que las personas como usted y como yo sentíamos en la calle, al recorrer algún parque o simplemente transitar por las avenidas de la ciudad, era totalmente diferente.
Los primeros dos años de la actual administración estatal, han caminado rápidamente, pero así, de manera meteórica, se han transformado los esquemas de nuestra percepción, respecto de la violencia, que había alcanzado niveles nunca antes vividos, o siquiera imaginados.
Los responsables de este cambio radical, personalmente considero, somos todos los habitantes del Estado, porque hemos mantenido nuestra exigencia de resultados ante los gobiernos de Cesar Duarte y Marco Adán Quezada, en la ciudad capital y en general de todos los alcaldes, en el resto de la Entidad.
Las estructuras de Gobierno, que tradicionalmente vegetaban o tomaban sus cargos, como espacios de merecimiento personal o cuotas de poder gremial, ya no lo son más, porque la exigencia de resultados ha sido de manera integral por quien ahí los ubicó, y muchos, han dejado estos espacios a otras personas que tienen la misma exigencia de resultados.
La percepción social de que los cargos estaban escriturados a favor de personas, grupos y su séquito, también se ha estado cambiando y hoy, la totalidad de los funcionarios públicos, se han incorporado a una dinámica de servicio que es medible y evaluada día con día y también se advierte, que están los que funcionan y los que dejan de hacerlo, simplemente se van.
Los problemas de una comunidad hace grandes o débiles a quienes los gobiernan.
Gracias a los medios de comunicación, somos testigos de los graves problemas que se presentan en el Medio Oriente, con gobiernos opresores y radicales que nos les importan atentar en contra de su propio pueblo, con tal de mantener el control político, o de contiendas electorales donde la diferencia entre el triunfador y su más cercano perseguidor, es mínima.
Afortunadamente en nuestro país, la alternancia política nos ha permitido avanzar en un plano democrático importante, donde los equilibrios son parte de la dinámica política y las fuerzas sociales, son capaces de convivir en planos de igualdad, respeto y sobre todo, de libertad.
El respeto a los derechos humanos, la tolerancia hacia la diversidad y el fomento hacia la cultura de la legalidad, se han desarrollado de manera extraordinaria en Chihuahua.
Sin embargo, todavía se presentan cotos de poder que se niegan a incorporarse a la cultura de la transparencia, legalidad y rendición de cuentas; espacios como la FECHAC que habían sido considerados como parte de una política de prebendas y privilegios, y que con esta nueva dinámica de gobierno de puertas abiertas y cuentas claras, simplemente no tienen cabida en la forma en la que venían manejando recursos que provenientes de un sector comprometido socialmente como es el empresarial, son recaudado por el Estado.
Las prioridades para el Estado son claras y no admiten desvíos.
La continuidad en la construcción de más infraestructura en materia de carreteras y caminos, es la única manera posible de erradicar el aislamiento, la marginación y el olvido de miles de comunidades que han soñado por décadas con la integración con otras ciudades; el sentido de pertenencia al estado grande, a los vencedores del desierto, a los gladiadores rarámuris, es un compromiso permanente de quien gobierna la entidad y que ha logrado permear en el inconsciente colectivo social, de donde no se borra y por el contrario se acrecienta.
Muchos son los compromisos sociales que se presentan como retos para el Estado; tiempo se tiene muy poco, porque el lograr transformar la percepción le ha llevado más de un tercio de su gobierno, pero existen otros espacios de administración que demandan más acciones de avanzada para poder aspirar a recuperar lo perdido; la exigencia es clara: no relajarse ante el esfuerzo, no ceder ante el chantaje y mantener en ascenso los compromisos de transparencia, legalidad, respeto a los derechos humanos y rendición de cuentas.
0 comentarios: