Que la niñez, usualmente ignorada, sea escuchada
Por Pablo Ramírez / Greenpeace
El marco del día del niño llega en un momento complejo, en medio de una crisis climática y en una coyuntura internacional donde nuestro líderes y tomadores de decisiones actúan como niños, ignorando su responsabilidad y la urgencia del problema y los niños, como deberían actuar los adultos, tomando la responsabilidad de la acción.
La acción climática y la reducción de emisiones de gases efecto invernadero son urgentes, sin embargo, esta urgencia contrasta con la realidad política, que según cálculos del IPCC nos estaría llevando por encima de los 2º centígrados. Esta crisis plantea un futuro incierto para los millones de jóvenes del planeta, que ante esto han decidido tomar su destino en sus manos, salir a la calle y exigir que la gente que nos representa que se comporten a la altura de la crisis.
En México los jóvenes también han salido a protestar, el 10 de marzo, en Monterrey, el colectivo #YoRespiroMonterrey convocó a una marcha para exigir que el problema de contaminación del aire, un problema que ellos no crearon pero que sí padecen, se solucione. El 15 de marzo un grupo de jóvenes de varias ciudades del país se sumaron a la movilización global de viernes por futuro, el movimiento iniciado por Greta Thumberg.
La situación ambiental resulta preocupante, pero estos movimientos originados desde los jóvenes resultan sumamente motivantes y refrescantes para el ya muy caminado movimiento ambientalista global. Se ha escuchado muchas veces “se metieron con la generación equivocada”, me gusta creer que esta vez tienen razón.
Así, lo que nos corresponde a las generaciones con más edad es estar a la altura de este increíble levantamiento de las juventudes y hacer lo que nos toca, asegurando los espacios necesarios para que sus voces resuenen y tengan el peso político que les corresponde.
En un país como el nuestro, donde los jóvenes son excluidos constantemente de los espacios políticos y de toma de decisiones, será preciso que nuestros gobernantes escuchen y respalden estas voces que vienen con fuerza y que, por el bien de todos, tendrían que ser escuchadas.
Por último, queremos reconocer la valentía y urgencia con la que las y los jóvenes actúan, saludamos la movilización que está ocurriendo en todo el mundo, particularmente en México, y queremos reiterar nuestro respaldo y completa solidaridad con lucha, que por su naturaleza, también es nuestra.
Pablo Ramírez es campañista de Calidad del aire del proyecto de Revolución urbana de Greenpeace México
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